Solo pensamientos, historias por escribir para que luego no las olvide. O solo para sacarlas de la cabeza...

viernes, 21 de septiembre de 2007

"La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil, que cuando uno empieza a aprenderlo, ya hay que morirse." Ernesto Sábato

martes, 18 de septiembre de 2007

Las ciudades

"Decir Roma, Londres Paris, Berlin, Amsterdam o Atenas no es nombrar un lugar cualquiera, es recordar el origen de Europa, de una cultura que es la nuestra. Pero decir Mexico Df, Sao Paulo, Tokio, Shangai, Pekin, es nombrar las megalopolis, una forma de vivir, una forma diferente de pensar la ciudad. Es hablar de las ciudades gigantes que se construyen hacia un futuro incierto, edificios ue rozan el cielo, millones de habitantes, autopistas de circunvalación dentro de la propia ciudad... Y decir Nueva York o Chicago, es como entrar en una pelicula montada con nuestros propios recuerdos extraidos de tantas lecturas, de tnatas horas delante de la pantalla de un cine. es muy diferente decir beirut, el cairo, tripoli, o la habana. Y con todos estos nombres de ciudades, maravillosas en sus fotografias, terribles en s miserias, espectaculares, mencionamos mundos, sensaciones, historias, ilusiones difeentes, describimos un mapa de geografias improbables pero de imagenes reconocibles." oRosa Olivares. Revista Exit

martes, 11 de septiembre de 2007

esto lo encontré...

«Nada diferencia los recuerdos de los momentos corrientes. Sólo más adelante reclaman su memoria. Por sus cicatrices»
«¿Quién ha dicho que el tiempo cura todas las heridas? Sería mejor decir que el tiempo cura todo menos las heridas. Con el tiempo, el dolor de la separación pierde sus límites reales. Con el tiempo, el cuerpo deseado pronto desaparecerá, y si el cuerpo que desea ha dejado ya de existir para el otro, entonces, lo que queda es una herida… sin cuerpo».

dark


dark, originalmente cargada por ana.vallejoc.

viernes, 7 de septiembre de 2007

Este asunto del blog

Parece ser que este asunto del blog no es el mio.... que tal el blog rosa? o azul? o negro?
en fin, supongo que es solo por ser los primeros dias, parece una cartelera de colegio, auxilio!

Esa cosa, la torre Eiffel

Y voy por la otra. París. Paris es como uno la ve en las películas, en Amelie y la de parís te amo y quien sabe cuántas millones más. Paris es así, gris y frío. Pero no es un frio (ese que me toco a mí, el del verano) real… es un frio que llega de tus ojos hasta los huesos, tan templado que te destiempla… y a pesar de eso, parís es como uno la ve en las películas. Paris como todo tiene mil facetas. Y la faceta turística es como uno la vería en las vegas o Disney… (para eso Disney se fue a París) Paris es la ciudad de los libros, de la imaginación y de la cultura. O sea, todo lo que te puedes imaginar de parís (por los libros) es así, o por lo menos, uno inspirado en los libros la ve así. Y la cultura… como tantos pies famosos han pisado parís, ahí dejan siempre su legado. Por donde camines en parís, te hace zancadilla un museo, o una galería… también un cinema o una librería (que obsesión.. puedo decir que conocí unas ciudades de Europa y cada una de sus librerías.. obsesión). En parís hay mas silencio, y eso que dicen (las guias de viaje… que risa, no han visto la oriental en Medellín) que los campos elíseos (si los famosos y gloriosos de napoleón) son muy y demasiado ruidosos.
Pues no… parís es silenciosa, así recuerdo a parís. Un ruido grave, casi llegando al susurro, y así ve uno a los parisienses en los metros, cabisbajos, con el ceño fruncido, y cierto, sin mirar a nadie a los ojos. Ah pero lo que les iba a contar es de la torre Eiffel. Pues me levante temprano para ir a la torre. Sola. Revise la ruta en el mapa y en la guía (guía que boté un par de días después en un banquito en el que me amarraba los zapatos) y todo estaba listo. Tenía planeado también ir a un millón de partes. Todo en un mismo día y claro caminando porque, cómo me perdía del los paisajes en un metro (jua que ilusión). Apenas me bajé de la estación, me detuve un momento en la acera (hasta las aceras son monumentales… ya las recuerdo amplias) y un viejito amablemente me pregunta en ingles (era francés, no sé porque dicen que los franceses son antipáticos) que a donde voy. Le digo inocentemente que a la torre Eiffel y me señala un parque allí adelante. Unos cuantos metros sobre la derecha, allí en ese parque al final esta la torre. Yo nerviosa. Me comía los dedos, nerviosa por ver a la torre. Y tímidamente llegue, hasta allí, y me asome como quien no quiere a ver la torre. Es que nunca me puse a pensar en serio las dimensiones de esa cosa. Me tomó una hora el solo verla desde abajo. Y una hora en hacer la fila para subir y casi dos horas en no terminar de subirla y lograr bajar de nuevo.(no es por las dimensiones, es por las emociones) Entre la emoción (es que les digo pues, que que chimba) y el silencio, tomé la decisión de subir caminando (la torre tiene tres pisos, la base es como del tamaña del parque de bolivar o mas grande… ya se imaginaran lo grande que puede ser o sea debajo puede haber millones de cosas ) (es que también les tengo que decir, que la torre Eiffel es vigilada por los soldados franceses) hasta el segundo piso. Pero me dio mucho susto y solo fui capaz de subir hasta el primer piso, empezó a llover y volver a bajar fue casi una tortura. El miedo a las alturas. Lo único que les puedo decir es que cuando vayan hasta la torre Eiffel paguen el ascensor y suban por mí. La vista desde el primero es preciosa (solo a los ojos, las cámaras no logran obtener la preciosidad). En el último, la locura.

Apartes, del inicio y algunas opiniones del continente europeo

Pero todo empezó cuando me monte en el avión, en el que no dormí en ninguno de los dos trayectos por nervios a pesar de no haber dormido desde hacia casi dos noches. Es decir, no dormí en casi tres días antes de llegar, mas el desfase horario… pero a mi los nervios y la ansiedad (sentimiento gran compañero) no me dejaban cerrar el ojo, Y miraba por la ventana y no veía sino nubes y siga viendo nubes. Cuando luego de dormir unos cuantos minutos (si porque cuerpo finalmente estaba cansado y venció al compañero sentimiento) me asome por la ventana y vi la península ibérica. Amanecía ya, y yo volaba sobre la península ibérica! La madre patria! Después de la larga espera en Madrid, y la ya luego llegada a Barcelona, el encuentro esperado, ahí por fin después de tanto planear, de tanto soñar. Si ahí estaba Paula esperándome para tomar el tren para su casa en el barrio de gracia. Ya no me acuerdo si el tren, ese mismo nos llevo directo, entre tal cosa y la otra se me fue el tiempo… veía la gente, las calles, lo que se alcanza a ver desde el tren hasta que se profundiza en lo subterráneo de Barcelona. Y que les digo yo, nos bajamos de ese tren y vuelvo al nivel uno de la ciudad y me encuentro en primer plano la casa Batló de Gaudi, así en primer plano. Y el piso, de las aceras de esa calle, la que lleva hasta la casa de Paula en la riera san miquel (la calle se llama paseo de gracia, el barrio gracia, la casa de Paula riera san miquel), ese piso es de flores grabadas.. y luego la pedrera (otra casa de gaudi). O sea uno va caminando por la calle y ups, ahí están, como nunca te las has imaginado un par de casas que un señor muy loco se le ocurrió hacer a punta de piedra, con churruscos y azulejos… un señor que es Gaudí. Si Barcelona es la ciudad Gaudí, la ciudad del modernismo, la ciudad en la que se respira arquitectura. Una ciudad del tamaño de Medellín, solo que sin comunas… () con unas montañitas detrás (en la europa que conocí, las montañas no son como las de aquí, grandes y difíciles de traspasar… allí son colinitas) y al otro lado, el mar. Asi es Barcelona, una ciudad en la que hay mucho turismo (que quede claro, esto lo voy a decir muchas veces, porque siempre fui turista, claro, parte de la masa pasajera de gente de una ciudad durante el verano) pero sobre todo una ciudad que uno siente que la gente siempre está de paso. Una ciudad llena de jóvenes, y claro viejitos catalanes que comen pescaditos fritos y toman cava.. o bailan en la plaza de la catedral al ritmo de los boleristas.

Es que así como uno va caminando por la calle en Medellín y te encuentras el parque de la luz, el pasaje Carabobo, el parque Berrio y el edificio Coltejer (grandes obras maestras…) allí uno se encuentra, o sea casi que se cae porque le hacen zancadallia, todo tipo de monumentos, que la ruina, que la calle donde pinto tal pintor, que el museo con la mejor colección de arte (de cualquier mundo) porque la diferencia entre esta tierra americana y la tierra europea, es que la tierra americana no está ganchada (lease: usada y ya casi sin ser usable) y la europea si, y mucho. Que las tierras americanas, y particularmente la mía, la colombiana solo la pisan en el 90% colombianos hijos de blancos, indígenas y negros, pero colombianos casi todos. Y allí en las europeas, los pies que las pisan, son de todo el mundo –africanos, asiáticos (llena de turistas japoneses) latinos y europeos de todo Europa, (ahh y gringos tontos que van mochiliando en el euro rail) porque Europa es una (1). Europa, uno sentiría que es un territorio (pequeño el) donde la diversidad cultural existe (ahh que no le vayas a decir a un catalán que es español… o a un francés que parece alemán, o a un italiano del sur que es igual a los del norte, ah no!) pero donde todos tienen los mismo derechos. Y donde ya la mezcla racial es mayor que en cualquier parte… si ellos nos colonizaron, ahora nosotros vamos y nos mezclamos con ellos. La arabo-fobia pareciera que no existiera y fuera solo un mito (quien dice que no lo es) porque los árabes están en todas partes, y como en Alemania, uno puede ver que no son comunidades marginadas. En fin, la tierra prometida: Europa

Sobre Villa Adriano, y algunos apartes de Roma


Y ahí estaba, sentada. Un cielo azul, 40 grados de temperatura. El tiempo ante mi: Villa Adriano. La casa de campo del emperador romano Adriano. Es gigante.. y hay que tomar un bus para llegar hasta allí. El bus lo tomamos en una estación de metro desconocida y Paula y yo allí esperando un montón de rato el bus, en medio de la nada, en un barrio residencial de Roma. Roma, si es que Roma, es una ciudad muy particular, que convive ya con esas ruinas, ahí al lado de la autopista y de las calles están las ruinas y supongo que los romanos de hoy ya ni notan las ruinas, serán parte de su paisaje habitual. Pero cuando yo llegue a las ruinas, me impresione, porque ahí estaba como detenido el tiempo y la excavación misma… es que por donde se excave en roma se encuentran vestigios, y cosas antiguas. Toda una ciudad moderna y llena de ruido, sobre el silencio de cerca de 2500 años de historias, de tiempos. Y a donde uno vaya hay iglesias, o fachadas restaurándose, o unas excavaciones haciéndose… Nada mas ahí cerca a nuestro hostal había un hotel (radisson) que cuando lo estaban construyendo encontraron unos vestigios super grandes… les toco respetar parte de los vestigios, y no pusieron hacer ni un piso en sótano… y el parqueadero es una torre ahí al lado del hotel. Asi es todo en roma, La carrera contra el tiempo y la memoria… una ciudad que vive sobre el tiempo. Y también lo es en un estilo de vida que siente. Además de estar lleno de turistas, no pude distinguir a los romanos, sin embrago uno puede sentir que la ciudad es así vertiginosa, mas ruda.
Y en que estaba… ahh si, villa Adriano. Y llegamos hasta allí, el bus lo deja a uno por ahí como a 1 km de la entrada y nosotros ahí buscándolo, en un pueblito cerca a Roma, donde comimos helado y tiramisu. Y llamamos a Colombia, en un locutorio de unos árabes (árabes de armenia o de quien sabe que lugar lejano de Asia) que no sabían que era Colombia. Fantástico. En fin, villa Adriano es una de las ruinas mejor conservadas que hay en roma o cerca a. Hay mosaicos casi enteros, que la casa de los huéspedes, que el jardín, que la sala de los filósofos, que el teatro… en fin. Adriano además tenía unos jardines increíbles, y ahora se conserva (no se si se conserve… pero yo supuse, que así era antes) muchos árboles de olivos… si, así verde oliva (el original). Y además es una ruina en la que pocos turistas hay. Así que uno solo, en absoluto silencio (solo el ruido característico como de unas chicharras…) caminando ahí entre muros que románticamente me hablaban del tiempo. Además me dio otra sensación, la de estar en una ruina tumbada por la guerra… porque también hay parte del lugar que son como unas termas, o fueron, ahora no quedan sino unas medias bóvedas y columnatas medio armadas, entre la hierba… El cielo seguía azul, y debajo de los olivos nos sentamos a tomar el almuerzo. Un par de bocadillos comprados en la gran estación de trenes Termini, esa mañana antes de tomar el bus hacia el lugar. Y al frente, los muros en piedra que vieron a los emperadores, hace 2000 años.