Solo pensamientos, historias por escribir para que luego no las olvide. O solo para sacarlas de la cabeza...

martes, 24 de febrero de 2009

Nuevo Blog: MultitaskingRoadVideos


Un movimiento que necesita el cuerpo y la mente. Desplazarse para que los ojos vean, cuando el cuerpo se mueva y al paisaje que acompaña el movimiento. Recorrer para que los pies sientan cada pisada, para que los brazos tengan que apoyarse, cargar, estar sueltos. Cambiar la posición “silla” y moverse a pesar del sueño, del dolor, de la energía, del sol, de la lluvia. Cuando la cabeza está siempre un cachito por encima del suelo, y los pies, se convierten el pulso del andar, del viaje.

Sentir el cuerpo palpitar, la mente enloquecer, los sueños volar.

El camino, caminar, recorrer, ir, dejarse llevar por los espacios físicos y los de la mente. Usar medios de transporte, o solo observar, detenerme, moverme. No es solo viajar para ser turista, no solo es viajar para ir a lugares exóticos de paisajes tipo postal discovery. Es llenarme del movimiento, del paseo, del viaje, de mi. Es llenar también de cosas cotidianas, de volver un espacio propio con un solo mirar, con poner mis pies sobre el piso. Es contar aventuras o simplezas. Pero es contarlas y dejar ver lo que mis ojos ven. Lo que una cámara en mi mano, a veces torpemente, a veces llena de energía, deja ver.

Otra razón para tener otro blog, ojalá pronto todos en una misma dirección, otra razón, como diría mi hermana, para perder el tiempo frente a esta pantalla con memoria, y vaciarme ahí, porque aquí, no importa si me leen o no, si me ven o no, solo no lo dejo adentro para olvidarlo y dejarlo solo para mi. Compartir, dejar ir, volver a viajar, recordar, coleccionar. Escribir. Gritar. Y no estar tan sola.
Road. Historias del camino, a veces no son historias. A veces solo imágenes, sonidos, sonrisas, palabras, viaje.

Mi nuevo proyecto, porque siempre es mejor viajar, no importa lo lejos o lo cerca. Siempre viajando.

www.multitaskingblogroadvideos.blogspot.com

jueves, 19 de febrero de 2009

Más, más

Los pies me duelen. Tengo ampollas. Ya me acuerdo porque no me pongo faldas. Tengo una lagrimita saliendo del ojo izquierdo, y una sonrisita en la boquita. Un morado en una pierna. Estoy llena porque finalmente me comí unos champiñones glaseados. Ya hablé con mi mamá. La lágrima se ha secado y no cayó pesada por el cachete. Son lágrimas volátiles.

Pasó una moto. Casi me pisa. Pasé San Juan, y casi me pisan, todos los buses, todos los carros. A cada susto, una lágrima, porque por mas lagrimas que tenga, no me quiero morir, así pareciera que el subconsciente me traicione, cruzando calles cuando los semáforos de carros están en verde.

Ray Bradbury dice que uno debe escribir como si fuera lo último y lo primero que reste por hacer en la vida. Me cae bien ese Bradbury. Todavía huelo el viento marciano, y veo los colores desérticos. Tengo un libro empezado, que no recuerdo como se llama. Lo compré en un ataque compulsivo, casi obsesivo por Bob Dylan. Tengo otro, Viaje a Sicilia con un guía ciego, que deje hace cerca de un mes en Siracusa. O sea, casi al principio. Retomé a Gurb, pero me detuve en el acto. Parece que no me va bien ahora ni leer, ni escribir de corrido. Aun así lo intento.

El otro día llegué de trabajar a las 11 de la noche, y encontré que afuera de mi casa, pintaron las señales de la calle, y además pusieron un: “ronpoing, glorieta, roundpoint, rowboy”, virtual. A la noche siguiente, habían puesto ya los estoperoles, esos quesitos gigantes amarillos, para que la glorieta pintada en el piso, sea respetada, por los carros, y hasta por los peatones, porque no hay lugar más peligroso para un peatón, que un espacio neutro virtual. Al día siguiente, había 6 mujeres y un tipo alto, midiendo cada rayita de la glorieta con un aparatico parecido a un cascabel rodante, de esos que teníamos de niños, y ahí estuvieron un rato, y ni que fuera la glorieta más grande de Medellín. Y todo eso dizque para solucionar ese cruce que es muy difícil: 25 años viviendo en el mismo cruce y recuerdo más accidentes en el cruce de más abajo que es normal (tipo cruz) que en este que parece unas estrella de David desproporcionada. El resultado es que ahora bajan los carros y todo se detienen frente a la virtual glorieta, solo pensando que hacer. Antes, que era sencillo, hacer solo el pare. Podría apostar un incremento exponencial en los accidentes, y no porque le desee mala suerte a alguien, sino porque una glorieta virtual es un invento colombiano para no hacer una glorieta de verdad, y suponer que un circulo hace mejorar la circulación.

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Y ahora no puedo girar a la izquierda sin toparme con los quesitos amarillos, y seguro, si me ve un tránsito me parte.

Y parece que hoy estoy más, más que siempre: más alegre, más llorona, más gritona, más intensa, más hormonal, más sensible, más todo. (Son muchas tildes para todos esos más)

sábado, 14 de febrero de 2009

Stopmotion


Punto Link
, el proyecto que me ha dado el respirar en el último par de años, con el que he crecido, aprendido, enloquecido. Donde voy aprendiendo a ser independiente, a trabajar con el amor, con el afecto, divirtiéndome, y confiando en lo que soy, e incluso con todos mis límites. Un proyecto de parceros, de vida, de patrimonio, pero sobre todo de creación audiovisual.

Porque creemos en una vida tranquila haciendo todas las locuras que nos gusta y se nos antoje hacer.

En Punto Link, este proyecto salió el año pasado. Y teníamos que entregarlo ayer.

Hubo muchas salidas de campo el año pasado, mientras el año terminaba, los chicos conocieron estas tierras antioqueñas, las mas cercanas a Medellín. Altavista, San Antonio de Prado, San Cristóbal, Santa Elena, San Sebastián de Palmitas.

Para entregar el video completo, y pensar en los gráficos, con la energía y el cominezo de año, nos metimos en una animación. Las ideas llovieron, las recogimos, dos días estuve haciendo un story board, el primero completo en mi vida, luego casi una semana jugando con plastilina, dibujando, haciendo rollitos, riéndonos, recordando la infancia, pensando como grabarlo, como hacer el stopmotion, investigando, viendo. Terminamos la parte de preproducción de artes e hicimos un estudio oscuro, iluminación, teatrillo, hilos, trípode, cámara, computador, y listos para la acción.

Si hiciéramos animación todos los días en unos meses seríamos los expertos. Pero para hacer animación, hay que tener algo de demente y olvidar la luz del día, varios días a la semana.

Estamos aprendiendo. Y todos los días estamos en una nueva aventura.

Las fotos de la acción, aquí.

http://www.facebook.com/pages/Punto-Link/22443764791?ref=ts


Y el producto final,


viernes, 13 de febrero de 2009

Día y noche

Buscando algo que me de aliento, me levanto, me tomo todo el tiempo, aunque no puedo desayunar y salgo. Me monto en un taxi, me pregunta que en que estoy pensando, que si en la vida, y yo ya no me acuerdo en que pensaba. Pero seguro pensaba en todo y en nada. No tengo con que pagar la carrera de 7000 hasta el centro y como es amigo me dice que después se la pago. Espero, veo la gente pasar, espero. Llega uno, me tomo el tinto, de y de pronto veo blanco y me siento mareada, nos hacemos los locos, me echo unas gotas, de pronto es el ojo. La cabeza me duele. Llega el otro, entramos, saludamos, esperamos. Hablamos del clima, planeamos, soñamos. Luego saludamos, oímos, tres palabras, otra promesa, y nos vamos. Antes de irme, siento la cara dormida, la lengua la perdí y pensé que así se deben sentir todas las señoras después de la sesión de botox, o que quizás ese podría ser el inicio de una muerte lenta causada por una trombosis. El pensamiento me asusta un poco, porque muertos hay muchos todos los días, y hoy particularmente cercanos. Empecé a sentir que todo afuera era demasiado lejano, que estaba muy adentro, que solo quería dormir, que no podía, entonces permanecí en silencio. Trate de quitarme la x de la frente, ponerme una “a” o por lo menos una “y” pero seguí x toda la mañana, todo el día, toda la noche.

Un zapateo constante, un espacio familiar, nocturno misterioso. Miedoso, tranquilo como mi día x lo necesita. Una música que me encanta, que yo sé, que me encanta pero algo pasa, está muy afuera. El hormigueo en mis manos y en la cara se ha ido, pero sigo tan extraña a lo que pasa afuera que parece haberse quedado y quien sabe hasta cuándo… pienso en que me gustaría trabajar en ese lugar, en la vida sencilla, en merodear la noche, los que ya no hablan, porque ya no viven. Vi las cajas para las cenizas, y recordé mis cajas para cenizas, las negras que ahora guardan polvo, polvo del mundo, pero de ningún muerto. Que las cenizas están en una caja mal pintada y con la pintura arrancada, y que esa es la única certeza de que esas, son sus cenizas. Pero qué más da, cuando uno se va, ya esta ido, y no hay ni cenizas que lo traigan de vuelta. Pienso que quiero escribir, que las palabras fluyan, me dice el del taxi, que todo bien, que hacemos el change, y yo pensé, que seguro señor taxista usted no quiere hacer el change. Fuimos le hicimos carita de ángel al bombero y maravillosamente un billete de 20.000 se convierte en dos de 10.000. Llego a mi casa y hay una glorieta virtual con estoperoles tipo quesito al frente. Por lo menos ya tengo una señal más para decir a las personas donde vivo: que detrás de la iglesia, que al lado de la eps, del teléfono amigo de la esquina, y ahora, de los estoperoles de la glorieta virtual. Siento todo y nada, lloro, río, no quiero y si quiero. Me dicen que vaya a dormir, que una agüita aromática, que un te, que chocokrispis, que comidita. Ahora que tengo un poco de hambre debí haber recibido alguito. Que la perra se comió un jabón, y que me da besos para secar las lágrimas.

Se oye la lluvia otra vez, tengo escalofrío, y las orejas calientes. Hay silencio, y solo las teclas que tocan mis dedos se escuchan. Pienso en cada cosa, pero cada cosa se vuelve nada, más bien no pienso antes de estropear lo que no ha empezado. Mi mamá reza, ora al de arriba, yo la escucho, yo le creo a sus oraciones. Creo que puedo ir a dormir. Solo necesitaba espichar tecla por tecla.

martes, 10 de febrero de 2009

El estudio de mi papá




Hay lugares que nos recuerdan viejos tiempos, que nos traen imágenes de personas, que nos llevan olores de esos días. En el estudio de mi papá, el pasó muchas horas, y yo, también. Pronto cambiará: finalmente moveremos sus objetos, sus libros y sus discos. El lugar no será el mismo. Hoy me gusta subir hasta allá, y volver a abrir cajones, volver a ver libros y sentarme un rato en silencio y recordar.

El hace 5 años se murió de un infarto sin aviso, sin podernos despedir. No se sabe cuanto sufrió, y al final no importa. Su ultima noche la pasó allí, probablemente repasando sus miedos, pensando como iba a hacer cada dia, cada día despues con nosotros y con el mundo. Sólo que para el no hubo más días despues, no hubo más miedo. El regalo que le dió la vida fue haberse ido.

Allí pasamos muchos años juntos, descubriendo el mundo a través de los libros, la música y el computador. No en vano, soy lo que soy.

Que viva la vida. La vida que el nos enseñó.

jueves, 5 de febrero de 2009

Saliendo y mirando

Salgo. Ella le dice a su amiga que en este país no vale la pena hacer movimientos politicos. Ni ser parte de ellos. Que es un camino a la muerte segura. Sigo caminando y procuro no olvidar lo que ella dice, para estar luego escribiendolo. Luego digo que mucha gente piensa asi: Colombia, no es politicamente seguro. Luego entro al vagón. En el tercero hay muchas sillas vacías y me pregunto porque la gente siempre se monta en el primero. En la siguiente estación cuatro niños de trece años. Que el tiempo con los amigos se pasa tan rapido! ojala asi fuera siempre con todo. Recuerdo los trece años, recuerdo, los amigas en la calle. Andar, reir, andar, reir. La mayor preocupación, una tarea que seguro antes de clase terminaría. LLego al centro y sigo con mis audífonos puestos, camino rápido para llegar temprano porque ya voy tarde. Me doy cuenta que esta puede volverse una rutina, en este año, que ya han cambiado varias, que casi no tengo rutinas, o seguro solo estoy demasiado acostumbrada a ellas. Huele a marihuana y a carne asada. Todos se mueven tan rapido como yo. Los buses estan atascados en Palacé y cruzo la calle atrapada entre la trompa y la cola de los buses. Paso por el costado de la iglesia, están ya cerrando todo, ya están los relojes baratos, y las uvas regaladas. La librería esta cerrada y el cartel de temporada escolar de la papelería lo están quitando. Ya por aqui no hay sino los locos que despiertan en la noche y serán los que habitan por aqui. Sigo caminando y decido quitarme los audífonos, es mejor oir el ruido de la ciudad, que el de mi cabeza al ritmo británico de cualquier cancion que la final me es ajena. Voy en contra de la corriente que sale del centro y yo en cambio me adentro y me acuerdo de una llamada importante que no hice, y pienso que hoy hice algunas cosas, que no todas pero que estuve tranquila y que eso estuvo bien, despues de días tan llenos de azares y olvidos, y aceleres. Trato de acordarme para más tarde apuntar en la agenda, pero mas tarde me doy cuenta que la agenda la dejé en la oficina, y entonces tengo que acordarme sola. Y eso va a estar difícil. Voy pensando que tengo que escribir, y ahora que lo hago creo que fue lo mejor, porque solo me faltaría en este fragmento de noche que blogger se caiga y no funcione mas. Alguien camina detrás de mi, bajan las niñas que salen del colegio y dos tipos, uno en silla de ruedas les dicen cosas, seguro una cae hoy. Llego tarde, con mucho calor, con mi mochila llena de cosas e intenciones, un guión que escribí hace ya varios años, sobre el que trabajamos hace uno, y nada que sale. Llego a la pizzería y suena una musica horrible, pero este es un ensayo de lugar, y está lleno de hombres solos, y no es que tenga algo en contra, pero de pronto estaba en el lugar equivocado. Pero como eso sucede a veces, no me importa y me siento. Pido una cerveza que me sabe a leche y una pizza que me recuerda un sabor de hace años. Luego voy a un lugar que no suelo ir, mucha gente conocida y desconocida, un arranque de: qué hacemos, y alguien se acordó y como no hay mucho que hacer, o tanto, decidimos entrar porque quedaba en el camino al bus: el sabor de no pertenecer a eso, y que está bien. Que buen sentimiento, cuando el corazón se siente bien. Dedido irme, la desicion del medio de transporte ya es dificil a las 9 de la noche. Cojo un taxi hasta mi casa.

También retomé el alemán y la linda costumbre de soñar dormida.