Solo pensamientos, historias por escribir para que luego no las olvide. O solo para sacarlas de la cabeza...

jueves, 25 de febrero de 2010

Furia


Hubo días así, muchos, muchos. Y los recuerdo así todos. Con el mismo sentimiendo de querer romperme como un vidrio contra la pared. Una furia para acabar conmigo misma porque por mas furia que tenga, no soy capaz de hacerlo con nadie, me puede la prudencia, el respeto y el amor. Y me miro en el espejo, y veo mis ceño fruncido, mi frente arrugada, los ojos de niña de 10 años, dias de furia se llamaba, que? Una película que nunca vi. No se porque toda esa furia. Y solo quedo yo para acabar. Desde el inicio hasta el final. Y luego me limpio las lágrimas, me compongo el vestido, me limpio la cara, y salgo sonriente como si nada. Hoy no. Lo siento. Hoy no. Serán tiempos de decir no, serán tiempos de llorar sin prohibirlo, y de sonreir en exceso también. Serán tiempos de mas caprichos, porque si, quiero un mundo a mi medida, y hasta ser rebelde sin causa como no lo fui nunca, porque siempre hay una línea, una voz interna y paterna que dice de dónde hasta cuándo. Son tiempos de hacer mas, mucho mas, me digo, y luego me lanzo contra la pared, como en contra de mi misma y la grandeza que pudiera haber en algún lugar. Por eso tomé un taxi evitando un largo camino en un vagón lleno de sardinas, por eso no fui a clase. Por eso le dije al amor que se fuera, por eso me encerré y pongo unos tangos a todo el volumen que da mi pc, que no es mucho. Por eso camine con adolescentes en la acera, por eso caminé rapido, por eso estoy en silencio, por eso sigo con el ceño fruncido. Así odio lo temporal que es la furia, porque es como si no tuviera importancia. Y aunque yo no se en realidad el motivo de mi furia, es importante.

Y luego me digo, frente al espejo: ¿Otra vez? Y me respondo huyendo de mis propios ojos: Si, otra vez.

domingo, 7 de febrero de 2010

Amanecer insomne

Lo recuerdo casi como ayer. O bueno se recuerda esa sensación bonito y seguro la extraña y fea la olvidé. No podía dormir, seguro, porque no lo recuerdo, una pesadilla, uno de esos sueños repetitivos que me atormentan a veces en las noches, que hacen que mis amaneceres estén cansados desde el principio.

Y pues como no podía dormir, y siempre que me pasa recuerdo a mi papá que se paseaba por la casa esperando a poder salir de casa, o a Juan David que me dice que ante un insomnio hay que cambiar el ritmo de vida, y no pelear con los sueños. Me asomé a la ventana, y vi que el color del verano era amarillo fuerte, rosado, naranja, y que el espectáculo iba a ser hermoso.



Luego cuando ya estaba acabando el show, y la mañana se tornaba de cielo blanco, sonó el teléfono: era mi prima que desde el tercer piso nos avisaba que su primera hija, Miranda, estaba en camino. Trabajo de parto. Así que desocupé mi memoria de estos videos, y les preste la cámara porque el día que Miranda nació debía ser registrado con detalle.

Hoy, 7 meses después, Miranda es una gorda hermosa, la veo menos pero sonríe a cada vez, y a veces cuando la cargo como no le gusta, llora y a mi me encanta verla llorar.

Un bonito día para ser recordado, amanecer hermoso, lleno de vida y sonrisas.