Solo pensamientos, historias por escribir para que luego no las olvide. O solo para sacarlas de la cabeza...

viernes, 2 de enero de 2009

Norwegian wood

Midori juntó las palmas de sus manos sobre la mesa y reflexionó un momento.
-¿Y por qué no? ¿Tu no fumas?
-Lo dejé en junio
-¿Y porque lo dejaste?
-Porque era muy pesado. Quedarme sin tabaco a medianoche era un tormento. Por eso lo dejé. No me gusta depender tanto de las cosas.
-Estoy segura de que eres de esas personas que se lo piensan todo muy bien.
-No sé. Tal vez. Quizá por eso no le gusto demasiado a la gente.
-Eso te pasa porque da la impresión de que no te importa gustar a los demás. Y hay gente que no lo soporta -musitó ella con la mejilla apoyada en la palma de la mano-. Pero a mi me gusta hablar contigo. ¡Hablas de una manera tan rara! "No me gusta depender tanto de las cosas"

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Reiko con el cigarrillo entre los labios, también se rió.
-Eres un bien chico. Mirándote. me he dado cuenta. En los siete años que llevo aquí he visto ir y venir a mucha gente. Así que lo sé. Hay dos tipos de personas: los que son capaces de abrir su corazón a los demás y los que no. Tu te cuentas entre los primeros. Puedes abrir tu corazón siempre y cuando quieras hacerlo.
-¿Y que sucede cuando lo abres?
Reiko, con el cigarrillo entre los labios, juntó las palmas de las manos con aire divertido
-Que te curas - Afirmó
La ceniza del cigarrillo cayó sobre la mesa, pero a ella no pareció importarle.

**** Haruki Murakami. Tokio Blues.

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