Solo pensamientos, historias por escribir para que luego no las olvide. O solo para sacarlas de la cabeza...

martes, 16 de octubre de 2012

Una casa. Dos años.


Ahora me paré de la cama porque tenia que ir al baño. Es viernes tres de la tarde. Entra el sol por la ventana y las nubes se ven corriendo en el cielo. Me levanté entonces y abri una puerta. Es la puerta de mi habitación para dormir. Que da a mi habitación-oficina. Luego abrí otra puerta y vi el hall del apartamento en el que vivo. Es viernes y mis compañeros de piso se van o ya se fueron de fin de semana. Yo también me voy mañana. La casa está en silencio, tal y como yo la dejé hace dos horas. Los platos sucios en la cocina, el olor del ajo de la pasta. Es mi casa, es también la casa de otras tres personas. Al sentarme en la baño a orinar pienso en eso de la casa. Este lugar extraño al que llegue hace mas o menos 6 meses y se volvió mi casa de repente. Aun está el radio sobre la calefacción. Creo que nunca lo he encendido. Hace seis meses me sentía extraña. No hacía muchos ruidos, así estuviera sola. No abría y cerraba las puertas a mi antojo, porque no quería salir a los espacios comunes a departir con un montón de extraños. Hoy apenas recuerdo esa sensación. Pero ahi está.

Qué tan fácil construimos hogares temporales, qué tanto o tan poco necesitamos para vivir en alguna parte. No necesitamos tener en la cocina pocillos iguales o repisas para los libros o una mesa de noche de madera. No necesito sino dos toallas para bañarme, y un par de juegos de sabanas. Tengo una casa temporal. No me sirve de mucho planear más allá de cosas que están fijas, porque en cualquier momento cualquier cosa puede cambiar. Son plazos medianos, metas cortas, día a día.

Me fui hace dos años pensando que me iba a ir tres años máximo y ha pasado tanta agua bajo el puente, han rodado tantas piedras, mi cabeza ha dado tantas vueltas, todo hoy es tan diferente.

Desde hace dos años me fui a vivir sola, muy sola al otro lado del mundo, de mi casa, de mi gente, de mi empresa, de todo lo que toda mi vida me acogió como un refugio perfecto. Sehnsucht (Búsqueda de ver, ver en la búsqueda) debió haber sido lo que me picó en algún momento cuando decidí irme, irme lejos, sin saber muy bien a qué, cómo y por qué.

En el camino he encontrado razones y las he desechado también. Es esa obsesión de sentirse extraña y esa misma maldición que me atrae y rechazo al mismo tiempo. Es la distancia la que me hacer ver mi gente, mi familia de otra forma. Lo que fui, lo que hice durante tanto tiempo con tanto ahínco y terquedad. Es el camino recorrido por un avión, el caminar a los trenes todos los días, las tardes solitarias, el frío de una tarde mientras se ve caer nieve. Ver a un viejito borracho bajo un árbol alegando en un idioma incomprensible que no alcanza al alemán, es sentirme sola tan sola, que la soledad se esfuma lo que me enfrentó a mi misma, sin nada que me cegara, con una certeza imposible de evadir.

Tal vez había que ir tan lejos para poder entenderlo.

Son dos años. Dos años en los que he ganado un montón y he perdido otro tanto. Mi memoria se llena de nostalgia mientras borra o modifica los años anteriores en la tierra paradisíaca y maldita que es Medellín. A veces me asaltan los sueños con llamadas tristes, con viejos amigos, con lugares que ya no volverán. Con personas que ya no están, o que están más lejos de la distancia física.

Ahora vivo en un pueblito, mi corazón late por otro amor, tengo una lista de pequeños descubrimientos que anoto en un cuaderno y en un papelito, para que no se me olviden. Voy a nadar en las noches frías para mover el cuerpo y centrar la cabeza. Hago una torta de zanahoria deliciosa, grasosa pero deliciosa. Vivo con personas extrañas que poco a poco se van volviendo cercanos. Tengo buenos amigos aqui tambien cerquita. Y me hago la amiga de muchos otros, así no seamos amigos de verdad, así solo tengamos para ofrecernos sonrisas desde el otro lado de la calle. Tengo un cuaderno para escribir cosas bonitas y ya no me salen monstruos cuando hablo alemán. En mi mesita de noche hay un globo terráqueo para viajar antes de dormir, un atlas de islas apartadas para soñar con lugares donde no haya nada, nada, un atrapasueños por colgar en la ventana para que no se escapen en caso de emergencia.

Llevo dos años y dos meses en este viaje. O un poco más. Estoy contenta. Los días se llenan de mis caminos que mis pies pisan día a día. Y nadie mas que yo, soy la que camina.

lunes, 15 de octubre de 2012

Kabak y Capadocia. Turquía parte III


10 de agosto.

Esta vez no tomamos un bus nocturno al sur. Pero si un pequeño bus que nos llevó hasta Fethiye. Ahi dormimos en el hostal mas barato que encontramos, dormimos en el mismo dormitorio que un Australiano antipático, tanto como nosotras. Fethiye es húmeda y no tiene nada muy interesante. Es la primera parada al mar. Aquí ya hay mar, solo que hay yates y un puerto deportivo, que hacen de la ciudad cara, muy cara. Mañana la idea es salir de aqui a Kabak. Eso como que es al fin del mundo.

11 de agosto.

El paraíso tiene otra sucursal en el sur de Turquía, lo que se conoce como Asia Menor frente al Mediterráneo. Entre pinos y árboles de olivos, como en los dibujos de la biblia, viven hippies turcos que le dan hospedaje a mas hippies, parejas enamoradas, o chicas y chicas cualquiera que buscan el fin del mundo sin cansarse.


Reflections Camp queda en la montaña. Para ir al mar, hay que bajar por un caminito, mas o menos 5 minutos hasta la playa, Kabak. Una playa pequeña en una bahía con aguas azules turquesa. O ¿verde turquesa? Es de un Australiano que se llama Chris. Que habla poco. Y hace mucho, mucho calor. Ya bajamos al mar. Ya nos bañamos en un baño al aire libre, que según el libro mágico, Lonely Planet, la mejor vista del mundo para cagar. Y si.

Tengo 4 picaduras de bicho extraño en mi cara. Siento la cara caliente, caliente. Las ronchas crecen. Y me pregunto, ¿Es que soy tan citadina?

12 de Agosto

Estoy frente al mar. Uno siempre debería pasar unos días todos los años frente al mar. Son las 10:00 y la playa está casi vacía. El sol está en mi espalda y así me ofrezco como carne fresca y dulce para los zancudos.  Donde dormimos es un Bungalow abierto con mosquitero en cada cama. Nos despertaron los gallos y el fresco amanecer. En la noche desde mi cama se veían estrellas. Un cielo estrellado brillante. Respiro profundo, las olas en su ir y venir constante, la brisa cortica que roza mi cuerpo.
Mi cuerpo, mis carnes generosas, mis gordos, mi piel que guarda rastro de mis años, de los días. Las huellas del tiempo en la superficie de mi cuerpo. Ahora me miro en el espejo y veo los años. No es que me sienta vieja, sino que ya no veo una niña. Mis carnes generosas han perdido elasticidad, la superficie tiene más arrugas, la textura es otra. Hay mas pecas, estoy más blanca. Así es mi cuerpo.

En mi cabeza pasan las historias de los libros que he leído últimamente. Diario de un Libertino, en la que la novia del libertino, una mujer mayor que el, profesora se muere por ser alérgica a la universidad. En eso pienso cuando veo mis picaduras de animal extraño, posiblemente resultado del hostal de mala muerte en Fethiye. Ácaros o pulgas.

13 Agosto.

Frente al mar. Sobre el mar.

Este mar no es intempestivo, aunque su fondo rocoso dificulte un poco el asunto. Las olas entonces arrastran con su fuerza natural las piedras, y también a los bañistas al salir del agua. Donde habré leído algo bonito sobre las piedras? En alguna parte, sobre las piedras... Es un mar muy salado. Se puede flotar fácil, sostenerse sin cansarse aun si no se toca el fondo. Solo hay que dejarse llevar. Sigo preguntándome que quiero de la vida y si tendré la valentía de vivirla. Estar aquí me deja sospechar que huir del mundo, de la vida moderna, no es necesariamente lo que quiero. Aunque este sea un pequeño paraíso escondido, no se si un lugar así, tan a espaldas del mundo, sea el lugar en el que quisiera vivir el resto de mi vida. Entonces, no me queda sino enfrentar el mundo, es decir, enfrentarme, lo que hay en mi mundo. Lo que sale de mi. Si huyo de mi misma, ese mundo solo estará lleno de huídas. ¿Será que pienso demasiado? ¿Es otra forma de evitar la vida? El mar. Al mar!


Me estoy leyendo "Nido Vacío" de la Inspectora Petra Delicado. Entretenidillo el libro. ..."Protesto y protesto, sin saber muy bien contra quien. ¿Contra Dios, el destino, la mala suerte, la genta, la vida, o el orden mundial?... Creo en tan pocas que nunca encuentro tribunal al que apelar y siempre acabo cargando la responsabilidad sobre mi misma... La felicidad consiste en tener un buen carácter: sereno, equilibrado y humilde. Eso, mezclado a la carencia total de aspiraciones, arroja un cómputo infalible: no se es desgraciado, sinónimo más aproximado de ser en este mundo perro feliz" ..."Paso libre, adelante, hay que aguantar y seguir en el camino, mientras las calles son las que son..."

Anoche vimos estrellas fugaces. Pedí muchos bonitos deseos. Mucha fuerza. Yo no quiero huir.
Se acaban los días en este paraíso. Sigamos el viaje. Que a eso vinimos. A viajar.


Ver el mar. Siempre llena el alma. 

18 de agosto. Capadocia.


Llevamos creo que tres días en Capadocia. ¿Quieren conocer otro paraíso? ese es Capadocia. Tenía miedo de las hordas de turistas, pero Capadocia es tan amplia que hay espacio para todos. El clima es maravilloso. Basta de ese calor húmedo. Las noches estrelladas son frescas, muy frescas, y los días soleados, pero no son infernales!


Capadocia es un lugar para caminantes, para caminar y perderse, para escalar, para reírse, para ver la naturaleza y el tiempo, y la historia todo junto, todo. Uno alcanza a ver el atardecer desde el tope de todas las montañas y se ve todo, todo, y el sol entre las nubes y uno de pronto se siente un poco como Simba en el rey león. Casi el rey de la selva, o tal vez lo contrario, pleno de ser tan insignificante, tan mortal en medio de lo fuerte que es este paisaje construido con el viento y sobre la piedra. O la arena. Tan insignificante en el tiempo.


En Capadocia se recomienda hacer auto-stop y no tomar ningún tour guiado. Caminar mucho.
Estas son las tierras de los caballos. Anatolia. La tierra también de las madres. Porque Ane, es en turco, madre.


Estamos quedándonos en Ürgüp con un señor couchsurfer que se llama Bruno. Bruno es francés, de Nantes, tiene 53 años (los mismos que mi papá cuando se murió), es cartero de profesión inicial, y luego de otras varias. Viena a Capadocia a pasar el verano, por el buen clima y para ahorrar dinero. De barbas largas y pelos alborotados, una barriga grandota y pies de elefante, Bruna va a centro de la ciudad con su Scooter y fuma en las tardes en la mesa del patio mientras conversa con sus huéspedes. De su trabajo como guía turístico aprendió ser un gran host y así recomienda rigurosamente a sus huéspedes todos los días un plan a seguir.

De sus recomendaciones nosotros, entre la tranquilidad de Emre (un amigo turco) y nuestra facilidad de perdernos y así perder el ritmo y la concentración hicimos solo partes. Me gusta dejarme sorprender por el paisaje, y disfrutar del camino. ver las flores, ir tomando moras de los arboles, moras gigantes y jugosas, uvas de los viñedos que crecen en estas tierras que parecen áridas y secas pero que en realidad son super fértiles o eso parece. Conversar con los buenos hombres en el camino, que siempre ofrecen agua, limonada o te y así ofrecen al mundo su esquina en medio de las rocas milenarias de Capadocia. ¿Para que viajar si el mundo llega todos los días a ti?


Hoy nos hemos levantado a ver los globos que vuelan sobre las rocas justo al amanecer. No pudimos hacer Hitchhiking (lo que me recuerda al Autoestopista intergaláctica de Adams) hasta el punto cercano donde se ve mejor todo, pero caminamos hasta cerca de la casa con un perro que llamamos Tony, paticortico y blanquito.



No me hubiera imaginado que existe un lugar todavía en el mundo en el que se puede hacer Auto-Stop. Aquí está.

Creo que este es el fin del relato. Hay fotos, muchas fotos. Y mas textos y algunos videos. Esperemos que salgan a la luz algún día.

Turquía llenó mis pulmones de buena energía. Ahora que venga lo que sea.