Solo pensamientos, historias por escribir para que luego no las olvide. O solo para sacarlas de la cabeza...

domingo, 6 de febrero de 2011

Sobre Berlín



Me preguntaron cómo era Berlín, me di cuenta que no había escrito sobre Berlín lo suficiente, que despues de 6 meses, no había juntado todas las impresiones, gustos y disgustos.

Y entonces escribí. (Con correcciones varias para publicación)

"Yo no se que te imaginas por California en los años 60. Pero si puedo decirte como es esta ciudad que esta rota y recosida, que no es Alemania (como dicen muchos), que no tiene comparación, porque mas que ser mejor que otras ciuddaes es solo diferente.



La sensación que uno tiene en Berlin es como la de estar sin duda y aun, en las pelis de Wim Wenders. Un domingo mientras almorzaba una pizza deliciosa me dije, me gusta esta ciudad porque es como estar en una peli. Además de la historia y la memoria que se guarda de esa historia uno puede conocerla en sus calles.





El este y el oeste aun se puede notar como diferente aunque cada vez menos. De pronto Berlin si es la ciudad del sueño alcanzado, el sueño de la libertad, de ser diferentes y darnos la mano. Una ciudad que se reconcilió con la teorías políticas (y diferentes, aunque esas reconciliaciones a veces es el triunfo de uno sobre otros), con las diferencias raciales, con la historia de su propio pais. Tiene una gran inmigracion turca. El barrio donde yo vivo que era del oeste, Kreuzberg, aloja familias enteras de origen turco. Sucede, martes y viernes, un mercado turco (como el mercado de plaza pero en la calle a lo largo del canal) porque además Berlin tiene un rio, el Spree que tiene canales como el que está saliendo de mi casa donde viven los cisnes y los patos a pesar del hielo del invierno.



Cuando el muro cae, el barrio de inmigrantes era este y se volvio refugio de lo alternativo, undreground y punketo. Tiene además muchos parques con mangas y arboles, no solo el barrio sino Berlín. Juegos para niños y conejos y zorros. Y muchos pájaros (como los que se ven en el patio de mi casa, azules, amarillos y jaspeados). Sin embargo los turcos serán siempre turcos. Muchos no saben alemán a pesa de los trabajos de integración que hizo el estado despues de la caída del muro (aunque no se si desde antes). Uno puede notar sin embargo que apesar de las apariencias Berlin aun se separa por grupos, culturas, subculturas.



Pero está bien, este es un sistema muy inteligente: le hace creer a sus ciudadanos que lo son y que tienen todas las libertades y que pueden vivir juntos y revueltos, a pesar de todo. En contraprestacion aqui se paga por todo, absolutamente todo, incluso por la señal del aire del radio. Los punketos reciben plata, se les ayuda en el invierno, los estudiantes reciben plata. Y por mas diferente que sea cada sujeto se someten a las reglas: comprar tiquete del metro, tener un perro educado, no robar, no peliar apesar de estar borracho y loco muy loco, pagar arriendo a pesar de ser okupa. Porque Berlin es la ciudad de los locos. El metro es una muestra de toda posibilidad de locura posible. Aun asi digo que el sistema al acogerla diferencia, la controla y las revoluciones, pierden toda su fuerza.

En Berlín están los nostálgicos, pero al mismo tiempo los que quieren un futuro mejor, capitalista y privado. Aun asi es una ciudad en la que se puede vivir sobriamente: el mercado de objetos y ropa de segunda mano es absurdo y asi como se pueden comprar en las calles famosas abrigos de diseñadores por miles de euros, se encuentran abrigos preciosos vintage de 5 euros. Berlin luce como detenido en los 80s aun con gafas grandes y faldas de paño, labios rojos y cigarrillos en la mano. Una cerveza, un porrito, un besito.

Se puede ser quien quiera que seas, nerd, vegetariano, agricultor, geek, artista, musico, hippie, comunista, capitalista, ecologista, borracho, punk, gotico, ruso, o extranjero.

Berlin apenas tiene berlineses (o eso pareciera), los mas nostálgicos. Porque quien nació en Berlin hace mas de 25 años carga ese muro, ese deseo de un mundo mejor, de esos tiempos en que no había tv en casa ni telefono sino hasta 1993, un mundo sin muros, pudiendo visitar a la abuela del otro lado, asomarse a través del muro de la verguenza.

Berlin tiene las mejores fiestas. La mejor comida arabe y oriental de europa, digo yo, pues. Berlin es una ciudad de paso, cochinita y loca. Es un piso minado de mierda de perro, es gris con inviernos temerosos. Tiene como 300 museos y muchas, muchas galerias. Pero tiene algo en esa historia desastrosa, nostálgica, mezclada, frustrada y aun libre, que quienes se enamoran siempre quieren volver. Sino es que se quedan, porque Berlin te atrapa.







A mi me gustan sus parques, los niños en los cochecitos y en los museos. Me gusta el metro subterraneo porque es un dragon amarillo, me gusta lo ruinoso que aun se puede ver, me gusta ese desastre. Sera que a donde voy busco un poco del caos de donde vengo.

Esa es la Berlin, un pedacito de la que he conocido."

viernes, 4 de febrero de 2011

Aprendiendo alemán (aun)


Mañana presento un examen de alemán. Lo cual me pone los nervios de punta y me ha causado una gastritits curada con omeprazol. Nadie me ha pedido hacer este examen. Yo lo quiero presentar porque basicamente es un reto: sino me pongo un objetivo, no empiezo a presionarme. Ha sido muy divertido reducir mis responsabilidades a hacer tareítas e ir al colegio como una adolescente. Sin embargo casi 7 meses despues, (Oh, 7 meses despues!) entro en deseperación y frustración. Yo se que el alemán está dentro de mi, en alguna parte, pero ¡Por que maldito idioma no sales a la luz cuando te necesito! Estoy cansada de ir al colegio a repetir lo mismo y sin embargo aprender poco, estoy cansada de no poder comunicarme (por vaga, perezosa, y por tonta), estoy cansada de ver a los que llegaron hace 4 meses hablando mejor que yo. Entonces uno empieza las comparaciones y ya escondo el tiempo que aprendi alemán en Colombia. Ya me imagino un examen aprobado apenas, y el otro que se aproxima en brincos gigantes. Me digo: “es que no he conseguido, no he hecho, debi, debi, debi.” Y nada que hice. Pues si, ahora mejoro mi español y mi inglés y mi alemán en cambio, sufre de la condición de aprendizaje pasivo. Yo entiendo, yo leo, pero no hablo!!!!!!! ni escribo, claro. Me pongo metas grandes, pequeñas, y parece inutil. Aprender este idioma me esta enseñando mas que paciencia y humildad, que me repito eternamente en promesas vagas y que probablemente me llenaré de palabras condescendientes cuando definitivamente decida renunciar.

Y sin embargo miro los que llegaron hace dos años y hablan apenas un poco mejor que yo. El problema es que yo no tengo dos años para estar aquí sentada viendo como los árboles se llenan de hojas, y luego se caen, y luego son chamizos grises esperando la primavera. No. Dirán que como los alcoholicos esto se va de un dia a la vez, pero mis dias a la vez se llenan de excusas, de noches profundas y espesas, de sueños profundos, de tertulias en la cocina, pero en español!

No quiero renunciar, pero odio este proceso que se hace mas soso cada vez. ¿Como recuperar el entusiasmo ademas en los dias grises? ¿Soñando con la primavera que se aproxima y las Blumen saliendo a sonreirle a uno?

Dejar de quejarse y hacer. Sencilla solución que nunca se lleva a cabo.

No quiero renunciar. Este es solo un escaloncito. Que me recuerda que lo demás que estaría por suceder es aun mas dificil. Odio sentirme debil y al borde de caerme por una cuerda ni tan delgada, por la que yo misma decidi caminar.

Pero ahi esta, para poder cruzar, solo hay que tener la habilidad de recobrar el equilibrio y no mirar mas para atrás.