Solo pensamientos, historias por escribir para que luego no las olvide. O solo para sacarlas de la cabeza...

lunes, 28 de marzo de 2011

De un lado a otro

(Escrito en el tren Frankfurt-Berlín)

Duermo. En mi sueño me ahogo y no es solo un sueño. Es mi gripa que me ahoga en sueños, gripa londinense, la misma que me da por salir a la calle con el pelo mojado a enfrentar los vientos de las ciudades extrañas. Ahora estoy en Frankfurt, ahora en mi sueño mas no cuando escribo, que voy en camino a Berlin, en un compartimiento con un latino novio de una alemana que habla perfecto español mientras el estudia con el libro "mit Erfolg zum Testdaf" (El mismo examen que yo tengo que presentar y quien sabe si con éxito), malditos que aprenden español tan rápido y yo que aun me trabo diciendo buenos dias.



De vuelta al sueño. Pensé que tenía que levantarme poraue tenía una idea genial para una historia. Por ende trate de levantarme todo el rato sin éxito, a mi lado duerme mi mamá, o mas bien dormía, porque cuando logré salir de las aventuras y tsunamis de mis sueños ella ya ha despertado y se organiza para salir. Entonces pongo todo mi esfuerzo en hacer lo mismo. Y la historia quedó refundida en los sueños que aun no recuerdo.

Nos encontramos en Frankfurt haciéndole fuerza al destino. Mi mamá gasta sus días entre las labores de una cabeza de familia y los viajes, los deberes y placeres con los que quedó despues de quedarse sola. Ella se va para la China y yo vengo de Londres. Despues de muchos años somos sus dos hijos menores quienes estamos lejos de casa: en casa paisa los hijos no nos vamos del todo, somos hijos pródigos que vamos y volvemos, mas en tiempos de matrimonios postpuestos, búsquedas adolescentes y de vida sobre cualquier otro plan.



Londres. Nos hemos encontrado de nuevo, despues de un invierno con nieve y mucho frío. El sigue siendo mi hermanito y mis ojitos tiernos de ternero. Está mas flaco que nunca y se conoce la ciudad que descubrió al derecho y al revés. Me comparte sus días con orgullo y nobleza, espera que lo acompañe sin dudas, con sonrisas y verdades. Sabe que de mi vendrán los elogios y palabras de aviso y precaución, sabe que lo hago siempre con calma y sin afán. Lo admiro porque asume lo que vive, y lo miro con ternura porque se parece cada vez mas a mi papá con la tenacidad de un ejercicio diario. Sus planes cambian a cada día, pero como yo le dije, los mios también. Irse es la posiblidad de andar sin rumbo fijo a pesar que al final haya un solo objetivo, se vale andar sin saber, sabiendo, cambiando de rumbo, parando y durmiendo. Es nuestra responsabilidad y lo sabemos. Por eso nos sonreímos como cómplices de la misma aventura, probando un poco a la vida, sabiendo que en cada uno está el seguro para que por probones no andemos en la mala, no del todo.