Han pasado muchas cosas en las últimas
semanas (Y qué importa). Y acabo de ver American Splendor. Voy a ser
vulgar y decir como cualquier ciudadano de a pie, que American
Splendor es una gran peli. Yo no soy fan de los comics, debo decirlo
pero a cualquiera que haya vivido los últimos 30 años en este mundo
moderno de ciudades llanas y aburridas, o peligrosas y ausentes de
superhéroes, o que haya visto televisión en la infancia, tiene que
gustar de la peli. Y no voy a hacer análisis pendejos, como los que
estoy aprendiendo en algunas de las clases a las que estoy yendo, si,
varias de las tantas cosas que ahora ocupan mis tardes y algunas
mañanas: “Serie y género”, “Literatura fantástica”,
“Teoría de la novela”, “Storytelling”, “Introducción al
teatro”. No, bajo ninguno de estos títulos académicos hablaría
yo de American Splendor. Si puedo decir, y ni más faltaba, que tiene
unos gráficos preciosos, y que las “estrategias” (lease, ya uso
el lenguaje técnico) de narración son geniales. Me hubiera gustado
verla hace un tiempo para copiarla vilmente y ahora que la vi, por
favor le pido el favor a usted que me lee, si le interesa el asunto
de contar historias, por favor, vea esta peli. Se podría ver una y
mil veces y encontrar y descubrir cada truco, obvio o misterioso del
arte de contar historias. Pero lo más importante de la historia es
sin duda, no la técnica, sino el mismo asunto de contar historias.
Harvey, un perdedor, como cualquier otro, como usted o como yo.
Perdedores todos que nos esforzamos por contar el día a día. Lo
cotidiano, “Ordinary life is too complex stuff”. Lo absurdo de la
vida real. Lo absurdo de olvidar las llaves, como yo las he olvidado
y usted también alguna vez. Lo típico. De lo que Murphy se ríe día
a día. Lo que usted y yo maldecimos, lo que su novi@ le maldice. Lo
que odia de su jefe. Lo que odia de su mejor amigo. Lo tonto de su
mejor amigo. La lógica del ciudadano de a pie: “porque toca,
toca!”. Un perdedor que cuenta su vida en Comic. Genial!
El comic. Yo no se nada de comic, ni de
cine. Ni de nada, asi mi compañera de piso me crea cuanta bobada le
digo. No se ni de literatura, ni se alemán aun. Tampoco se de vender
zapatos y ahora los vendo en alemán a turistas rusos. La verdad, no
se necesitan muchas habilidades para eso de poner los zapatos en
orden y limpiar las mesas y las vitrinas. Poca mas bien. (Aunque debo
aprender de memoria, que no tengo, el vocabulario: Absatz, Ballerina,
Stiefeln und noch andere wörter, daran ich nicht mehr erinnern kann)
Me mantiene ocupada, la cabeza, la loca de la casa en cualquier cosa,
asi como cuando nado y me concentro en las burbujitas que salen en el
agua cada vez que mis brazos se sumerjen y en los brillos de sol a
través del agua golpeando los cuerpos de los nadadores ágiles que
sobrepasan en belleza y rapidez.
En las noches, como no tengo internet
en casa desde hace tres meses, veo una peli, o me fumo un cigarro, o
echo chisme en la cocina. A veces hago una de las tareas que me
dejan del curso de alemán, curso al que aun asisto hasta que haga el
famoso examen, otras veces, leo tres párrafos en alemán, antes de
pensar en cuanta bobada se me ocurra y mis ideas estén bien lejos,
no solo de lo que leo, sino de mi habitación que se debate entre una
calefacción de clima tropical o un congelador gigante.
A veces aun, escribo. Tengo como tres
cuadernos para escribir, pero la verdad y tristemente, me gusta mas
en este pc grande y pesado, que calienta y suena como una turbina de
jet. Los cuadernos me acompañan a todas partes sin embargo, por si
hay urgencia de escribir en cualquier lugar. Al computador por su
parte aun le falta la letra Backspace. Tengo el repuesto para
reemplazarla pero como no tengo internet, me han faltado agallas para
ponerla a punta de sentido común.
La conclusión de vivir sin internet es
que se hacen otras cosas mas interesantes en las noches de soledad.
Es cierto que no estar conectada es la excusa perfecta para dejar de
hacer cuanta cosa en internet se hace más fácil, entre ellas,
mantener contacto con la gente del otro lado del océano. Pero es la
excusa perfecta también para leer los libros aun no leídos, dibujar
cualquier garabato, pensar una y otra vez, dormir, cocinar las
recetas del invierno, escuchar atentamente a las canciones que me
gustan. Me ayuda a tener mi cabeza y mi corazón conmigo, asi la
verdad y en el fondo, yo ande dejando ambos en cualquier parte y con
cualquier otro.
Eso de construir una vida de adulto lo
lleva a uno siempre al asunto de la soledad. Cómo construir un mundo
donde uno sea suficiente. Y nada, ni nadie mas lo sea. Entonces uno
se pone a llenar los minutos de cosas, y cosas, y cosas. Actividades
para uno. Uno para las actividades.
Pues si, ando construyendo una vida, de
pronto temporal, pero quien sabe, hoy es eterno sin pensar en el ayer
o en lo de mañana. Una vida, como decía, de pronto muy lejos de
todo lo que aun está lejano. Quien sabe a dónde me llevarán estas
olas. Por lo pronto, esa isla se ve lejana. Y lo que alguna vez fui y
quise, también están lejanos. Se ven manchas y la niebla del
horizonte las hace fundirse en el infinito. De pronto me veo las
manos. Están conmigo y siento el corazón dentro de mi pecho. Que
duelen ambos. Pero por lo menos los siento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario