Solo pensamientos, historias por escribir para que luego no las olvide. O solo para sacarlas de la cabeza...

viernes, 8 de febrero de 2013

Insatisfacción

Seguro alguna vez leí algo parecido a lo que voy a escribir. Seguro ya lo han dicho, seguro usted también se ha sentido asi. Y seguro, solo repito y repito. Antes cuando vivía allá, en mi tierrita, soñaba con viajar lejos, conocer “el mundo”. Y luego, hoy cuando estoy en el mundo, sueño con volver, con seguir buscando. Irme para volver, volver, para desear partir de nuevo. Para añorar ese lugar que he dejado, para seguir mirando mas allá de estos pies que pisan este suelo, de estas nubes que cruzan por la ventana, mas allá que estos horizontes, por qué no volver a los horizontes color ladrillo, a las montañas que me ahogaron alguna vez, al calor que tanta falta me hace. O tal vez no tan lejos, tal vez aquí mas cerquita, en un pueblito aún más anónimo,  de nuevo en un idioma que no entiendo, otra vez sentirme extranjera, otra vez empezar de nuevo, otra vez desde cero. Buscar y buscar, y al final, nunca encontrar.

Entonces para la insatisfacción me receto chocolates, pelis bonitas, poesía, amores duraderos, noches profundas y oscuras, orgasmos largos, euforias alcohólicas, tal vez salir corriendo detrás de un bus, o solo correr para la salud. Nadar para la calma. Estar sola, o tal vez con mucha gente.

Pero no, igual. Sigo buscando sin encontrar, como un pajarito desorientado que perdió su bandada, no encuentra ni el sur, ni identifica el sol cuando sale al amanecer.

Para la insatisfacción nos recetamos irnos de compras, hipnotizarnos con los artilugios del mundo moderno, llenar la vida de emociones que temporalmente nos hacen creer que todo esta bien. Sin saber muy bien cual es el estado bondadoso de la vida. Esta vida moderna que nos hizo creer que había que llegar a un estado, que había que buscar la experiencia, la sabiduría, el estatus, la competencia. Que el amor es como en una comedia romántica, las rupturas como en una novela venezolana, el glamour como en una alfombra roja.

Pensé que había dejado de buscar. Y temí mientras tanto dejar de soñar. Ahora no se dónde están los sueños, los tesoros ya encontrados, menos el mapa para seguir buscando.

Olvido en las noches, pero en las mañanas me acuerdo de nuevo. 

Estoy cansada de buscar.  Estoy cansada de nada y de todo.


4 comentarios:

S dijo...

Yo corro, pero detrás del tranvía

Anónimo dijo...

Es tarde para comentar pero qué importa... Usted tiene alma, como pocos, y vive y le duele. Mujer viajera, creadora y amorosa. El viaje continúa.

oublieroblivion dijo...

Hola. Llegué aquí por esta entrada en es otro blog: http://proyecto-alemania.blogspot.de/2013/09/internet-en-alemania.html?m=1

Esta entrada me atrajo como imán por el nombre. Tengo una entrada creo que con el mismo nombre. Me ha llegado mucho lo que escribes. Feliciddes.

Soy mexicana, viviendo en Alemania. Casi se me salen las lágrimas con tu post. Además de que tengo resaca por una euforia alcóholica (que ya no quiero tener... no así)

En fin...
Por otro lado, uno bueno quizá, es que al menos sabemos que hay otros pájaros perdidos.


Saludos!

phough dijo...

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