Solo pensamientos, historias por escribir para que luego no las olvide. O solo para sacarlas de la cabeza...

lunes, 18 de agosto de 2008

Un mundo feliz


En busca de la felicidad estoy. Yo no sé cual sea ese estado, a veces cuando miro un poco hacia a tras solo me sale una sonrisa, porque me gusta lo que veo, me gusta lo que he hecho, como he vivido, como voy pasando por esta vida. Supongo que esos son los momentos de felicidad. Uno podría hacer millones de listas como las que hago últimamente preguntándose por esos momentos de felicidad. Llegar a conclusiones tan simples, a situaciones tan básicas que la felicidad parece absolutamente sospechosa. Lo que pasa es que uno olvida, y quiere olvidar. Uno olvida las cosas malas, para poder seguir con la vida y uno olvida también las cosas buenas, para que las que vengan puedan ser disfrutadas sin comparación.
Tres cosas en una misma semana me hacen reflexionar ante el tema: la advertencia de un amigo ante la película Wall E: “preciosa, la ultima película en cine mejor disfrutada” creyéndole, no solo a el, sino a otros, entre ellos a Pixar que nunca falla, entré a las 2 de la tarde en un teatro en el centro de Bogotá a ver Wall-e. Si, innegable, la preciosura, pero ante nada es una predicción, cada vez más cercana, siempre hecha, un futurismo, que no parece tan absurdo, el mundo se llena de basura y se vuelve invivible. (además es una película para niños… mmmm)



El hombre construye una nave-mundo llamado el axioma y abandona el planeta tierra esperando que unos robots llamados wall –e descontaminen la tierra y hasta que algún día vuelva a haber vida. Wall –e el protagonista de la peli, es un robotcito que vive en la tierra con una cucaracha, y que es lo único que quedan, porque los demás wall-e se han dañado. Wall-e está más cercano al humano, que incluso el hombre mismo, siente, sueña, y sobre todo hace su trabajo todos los días. Reciclar chatarra. El axioma por su parte está lleno de humanos en los que en medio de su vida perfecta están recorriendo su nuevo mundo con una pantalla al frente, sentados en una silla sin pararse nunca, padecen de obesidad extrema y sobreviven en ese mundo perfecto, tecnológico, donde todo esta solucionado (cualquier semejanza con la realidad no es azar!). El problema sin ser el principal, pero a donde voy yo, es que esos humanos están terriblemente aburridos en el axioma, solo que son unos pocos los que lo notan: todo solucionado y un aburrimiento terrible.

Segundo, “Un mundo feliz” Aldous Huxley. Parece que estuviera descubriendo el agua fría, y lo hago, lo descubrí. Una predicción de hace décadas ya de lo que sería el mundo perfecto, a donde iria y llegaría esta industrialización, una vaina tan absurda como el camino que este mundo está tomando. Dice: “la gente es feliz, tiene lo que desea y nunca desea lo que no puede obtener. Está a gusto, a salvo; nunca está enferma: no teme a la muerte: ignora la pasión y la vejez: no hay padres ni madres que estorben; no hay esposas ni hijos ni amores excesivamente fuertes…” En este mundo feliz, los humanos son creados industrialmente, pre acondicionados social e intelectualmente, todo está controlado, desde el principio, no hay opción, no hay libertad, no hay error, hay estabilidad y en esa medida hay felicidad. Es el mundo perfecto. …”La gente nunca está sola. La inducimos a odiar la soledad; disponemos de sus vidas de modo que resulte imposible estar solos alguna vez. “ … “La civilización no tiene ninguna necesidad de nobleza ni heroísmo. Ambas cosas son síntomas de ineficacia política…. Donde hay guerras, donde hay una dualidad de lealtades, donde hay tentaciones que resistir , objetos de amor por los cuales luchar o defender, es evidente que la nobleza y el heroísmo tienen algún sentido. Pero actualmente no hay guerras. Se toman todas las precauciones posibles para evitar que cualquiera pueda amar demasiado.”.



Tercero: Appleseed. Más futurismo. El hombre crea una raza humana llamados bioroides que no se enamoran, que no se apasionan y que permitirán en algún momento la vida en el planeta tierra, porque seguro los hombres no permitirán que esto pase en el largo plazo, porque sienten mucho, envidian mucho, y el mundo caerá de nuevo en millones de guerras y esto seria las destrucción total: un mundo gobernado por humanos que no sienten, seria más que justo.



Es ciencia ficción. No podrá ser más verdad. La industrialización nos llevó a un mundo lleno de necesidades. Cada vez más los hombres y mujeres tendemos a estar más individualizados en un mundo que esta absolutamente controlado. Lo que leemos, las decisiones que tomamos, lo que consumimos, lo que vemos a veces parecen ser, no un azar, sino una predestinación. Queremos salirnos de este sistema pero al parecer es imposible, entraría uno en otro, que sigue escondiendo las más sucias intensiones. La soledad es cada vez más difícil, estamos llenos de cosas que nos impiden enfrentarnos a nosotros mismos y enfrentar la realidad y la verdad: que estamos realmente solos, no importa cuántos canales tenga el televisor, no importa cuántos zapatos y carteras tengas, no importa con cuánta gente camines en la acera yendo para el trabajo , no importa cuánto licor, cuanta droga, cuantos amantes tenga uno, cuántos hijos. La vida al final, consiste en que uno está solo, que eso no es malo, eso permite que te tomes una semana, un día, un segundo para mirar hacia adentro, y entender, que afuera nada vale la pena, que solo queda uno, adentro. Pero eso al sistema simplemente no le funciona. Los diseñadores de moda se quedarían sin trabajo y por ende las maquilas del tercer mundo se quebrarían. No habría narcotraficantes, no porque no hubiera droga, sino porque sería legal, asi como el alcohol, el cigarrillo o la televisión. No pasa nada, hoy, uno puede vivir así, sabiendo que estas solo, pero que igual necesitas la televisión, necesitas la fiesta incontrolable del sábado, porque al final, este mundo industrializado no ha solucionado lo más importante, el hombre, lo único que ha hecho, es crear cosas fuera de él, para subsanar lo que hay adentro, y seguimos llenos de miedo, y seguimos esperando la próxima guerra, y seguimos esperando el próximos fanático loco que se hará matar por una religión, o por la lucha contra un sistema que no tiene salida. Es que simplemente el hombre no puede explicarse y nunca lo ha hecho la naturaleza de la imperfección. Es que esencialmente todos es imperfecto, toda regla tiene su excepción, es que no hay felicidad completa ni problema sin solución. Ni siquiera la maldad es perfecta… Y el progreso solo ha sido para poner un dedo sobre la silaba im- de imperfección, y pretender que todo es para la felicidad y la perfección. Como si solo pudiéramos tener un solo sentido.
Todo tiene mas de un sentido. Todas son varias direcciones, varias opciones. Y hay que sufrir, y hay que estar insatisfechos, y hay que luchar, y hay que discutirlo, y hay que poner los puntos sobre la mesa, y hay que decir que si y que no, hay que aceptar asi, lo buenos, y todo lo malos que somos, simplemente hacerlo.

Yo no intento salvar el mundo, ni solucionarlo con unas palabras, solo intento encontrar una razón para poder vivir mi mundo, soñar uno propio, levantarme todos los días, sabiendo que a pesar de todo, no es en vano, mi lucha por mi perfección, pero sobre todo entender que nada, pero nada es perfecto, ni uno, ni los amores, ni los sueños. Y no hay mas remedio que vivir con eso.

2 comentarios:

X. dijo...

Nada más acertado que decir éso de la felicidad: es absolutamente sospechosa. Y uno, tonto que es, siempre tiene que indagar de dónde viene, por qué y cuándo hará maletas. En fin. Por aquí saluda otro gran fanático de las distopías.

Feliz fin del mundo.

Juan David Escobar dijo...

Tomas Carrasquilla, un hombre que nacio en un pueblo en forma de taurete, y que no tuvo al igual que todos los que nacieron en plenas montañas, de las teorías, la tecnología y los cambios del mundo de hoy, decía en apuntes llamados tonterías:
"Hijo y madre (maría y niño jesus) saben que esta vida del hombre, así en seco, sin un anestésico que la atenué, sin una droga que la conforte, es carga que resisten pocas espaldas"

Se necesita un mundo sencillo, una vida sencilla, una felicidad sencilla.
Y otra vez con Carrasquilla:
"Los embelecos, los devaneos, las distracciones no son, pues, ociosidades de gente frívolas y disipadas; son una necesidad del vivir mismo, un recurso para poder hacerle frente. Son sindicaciones de la fe misma."

Por lo demás, estoy de acuerdo, estamos en la misma búsqueda. Un saludo.