Solo pensamientos, historias por escribir para que luego no las olvide. O solo para sacarlas de la cabeza...
domingo, 10 de mayo de 2009
Sobre el Divino Niño y otras estampitas
En este país del Sagrado Corazón y del Divino Niño se guardan estampas en las billeteras, debajo del colchón, al lado de la veladora o debajo del vidrio del comedor.
Estampas de cuanto santo se atraviesa.
Para que alguien nos salve de esta locura.
En 1991 hice la primera comunión cuando tenía 7 años, digo que fue así de pronto como para que no nos fuéramos a rebelar por algún tipo de conciencia. Así yo esperaba el día ansiosa, para recibir la gracia de Dios, esperaba además que el vestido que antes usó mi hermana mayor me sirviera y de pronto que los botones no salieran estallados cuando dejara de hundir barriga en un descuido en medio de la misa.
Cuando hice la primera comunión me regalaron una camándula que usaba en las noches de 7 bombas en Medellín. Me dieron un Niño Jesús recién nacido tamaño real. Me dieron una virgencita que aun cuelga en la pared de enfrente. Me dieron un Divino Niño rosado para colgar en la pared.
Al Niño Divino se le adora en Colombia desde hace mucho años. Dicen que en 1912 llegó un curita adorando al Niño Jesús de Praga. Y como aquí lo queremos “adecuar” todo, hicimos del de Praga, un Divino Niño que nos juró que reinaría.
Al Niño se le rezan muchas oraciones, esta me gusta porque puede personalizarse:
“Para que nos ayude en tiempos de dificultades”
“Tengo mil dificultades : ayúdame” - porque a veces quisiera no tener que salir de ellas yo.
“De los enemigos del alma : sálvame”– sobre todo de los que tienen débil carácter
“En mis dudas y penas : confórtame” – pásame un kleenex que siempre hace falta.
“En mis soledades : acompáñame” – con lo que me aterra estar sola
“En mis enfermedades : fortaléceme” – eso de estar enfermo puede ser una buena
excusa, pero es terriblemente aburridor. Es que definitivamente no me gusta sufrir.
“Cuando me desprecien : anímame” – Uno no es monedita de oro para caerle bien a todo el mundo. Y si no les caigo bien, ¿¡de malas! No necesito más amigos.
“En las tentaciones : defiéndeme”. - nada mejor que una buena tentación. ¿Por que todo lo bueno será lo prohibido?.
“En las horas difíciles : consuélame” – a la hora de levantarme todos los días, y sobre todo si es antes de las 8.
“Con tu corazón paternal : Ámame” – ya tuve padre. No necesito un niño que se las da de grande y poderoso. Me gustas chiquito y tierno.
“Con tu inmenso poder : protégeme” – eso si. Si tienes poder guárdame de todo mal y peligro. Que estas calles están muy peligrosas.
“Y en tus brazos al expirar : recíbeme” – lo que creo es que si me muero seré afortunada en no tener que seguir viviendo.
Entramos a ver el Divino Niño en el barrio, el 20 de julio de Bogotá. Siempre me pregunto porque en estos santuarios lo que uno va a adorar siempre son estatuas pequeñas, pinturas que están arriba, y que uno no puede ver bien.
En los santuarios uno no puede evitar estar en silencio y respetar las lágrimas de algunos. Las oraciones de muchos y estar atentos a los murmullos que piden fuerzas y vida para estos días que son difíciles. Siempre imagino cual puede ser su súplica, su ofrenda, su petición. A veces hago la mía, y casi siempre agradezco al de arriba, por lo bueno y por lo malo.
Así salimos y compré una estampita. La guardé en mi billetera. Lo sumo a las oraciones de mi mamá, y al “Detente” del Corazón Sagrado que me ha traído buena suerte seguro por la buena energía que mi mamá puso a el.
Que me proteja el Divino Niño, el Sagrado Corazón y la astucia que da la vida y el mundo.
Etiquetas:
creer,
Divino niño,
estampitas,
fé,
oración,
Santuario
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
BUENISIMOOOOOOO
Nitu, me gusto mucho este post, te felicito. En este país hay cosas damsiado particulares, y el culto al divino niño es un ejemplo típico. Yo por mi parte tambien tengo una estampita, pero no del niño sino de la virgen de fátima que llevo por solicitud de mi señora madre, que me la regaló.
Nunca fui de la estampitas. Un día me dio por comprar una en el parque, con el señor caido de Girardota, y tal vez crei mucho en Jesus de la Buena esperanza, protector de los presos, y tiene un bonito nombre.
El niño Jesus lo vi al lado de Maria, en cada estampa, estatua, o monumento. Para mi nunca estaba solo. Excepto en Bogotá, donde decian que iba a reinar.
A mi me gusto el 20. Y el culto al niño, tambien. Es una creencia para inocente, infantiles, debiles. O sea, nosotros.
:P
Publicar un comentario