Solo pensamientos, historias por escribir para que luego no las olvide. O solo para sacarlas de la cabeza...

sábado, 10 de abril de 2010

Y mis sueños...



Voy a escribir los sueños que tengo dormida. De día hablo mucho, vivo mucho los días que no me alacanzan. Cada vez duermo hasta mas tarde, como si de ese mundo no quisiera salir.

Un viaje a Mexico. Llegaba de otro viaje a organizar otro. El tiquete estaba guardado ahi sobre la repisa al aldo del closet. Me levanté y todo a verificar si existia y era que había planeado uno no me acordaba. Pero no. Ahí estaba en el sueño el tiquete y yo como llegaba de otro viaje estaba un poquito desubicada y no sabía cuanto tiempo era el tiempo que debía quedarme allá. Eran tres días, pues eran mas pero para poderme ir al viaje anterior había cancelado este, pero no podia perder el pasaje. Sacaba del closet una cantidad de vestidos. Muchos. Para poder empacar la maleta. No llevaba el maletin pequeño sino otro mas grande. Todavía faltaba para irme. En mi casa, en mi cuarto había mucha gente los mismos con lo que había viajado antes, solo que no me acuerdo bien que viaje era, uno largo y donde hablamos mucho y muchas cosas. Luego me vi a mi misma en un carro campero con Juan en una carretera destapada dizque para acortar camino, ¿para donde ibamos mi amor? Yo no se, pero al final era como una pared tipo piedra y arriba unas piedras que indicaban que era un camino cerrado. Yo no lo deje seguir. Detras venía un Land Rover a mil y a el le abrieron el camino. Asi que nosotros lo seguimos y llegamos a una laguna había que montarse en una barca y ahí perdí a Juan y luego estaba con alguien mas y yo no era yo sino una princesa de pelos castaños y largos y cara angelical. Y había una viejita sacada como de una peli de studio ghibli que llevaba la barca hasta la otra orilla , ni me pregunten donde se quedaron los carros, en la barca había otros personajes ghiblescos. Y alla, yo, pues la chica que me suplantó era esperada por todo el mundo. Y lo peor es que tenía que ir a una casa que estaba cerrada hace años, y que sólo ella podía abrirla, porque había sido como de su mamá. Y fuimos a abrir la casa, y desempacamos la maleta, creo que era la maleta de mexico, y el chico, era un gordito tipo hobbit, entre gallina y valiente que no queria que ella no le tuviera miedo a nada, a abrir cualquier puerta o a escuchar cualquier ruido, y creánme que se escuchaban ruidos rarísimos. Asi que abrio la puerta, la gran puerta la prohibida. Tenía dos puertas y ahi adentro habia un salon lleno de pesceras y yo no se yo ya siendo el muchacho tipo hobbit, dije, ay no! Y ella entro y pesceras y vuelvo a decir, Ay no! Y me desperté.

Me pasa que mientras escribo los sueños, recuerdo todos los anteriores. Y pueden confundirse. Hice una gran esfuerzo por la fidelidad del relato, pero siempre es mejor el sueño que el texto. Pero hice lo mejor que pude.

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