Solo pensamientos, historias por escribir para que luego no las olvide. O solo para sacarlas de la cabeza...
domingo, 4 de abril de 2010
¡Sobreviví! (1 abril de 2010)
No es el título de un programa de sobrevivencia de Natgeo, es mas bien un bonito triunfo personal. Sobreviví 3 kms de rio abajo en neumático, a piedras, a remolinos, a cuerdas, simplemente sobreviví en contra de los pronósticos, y las ganas, un dia cualquiera y a una mañana de amancer lento.
Nó quería hacer nada hoy, porque cuando estoy en la finca, no me gusta hacer nada, sobre todo cuando tengo suficiente sueños para repartir durante el dia mientras el sol entra por mis carnes para llenarme de mas sueño y sopor. Pero al desayuno con la mesa llena y los recién llegados, el plan de ir a Río Claro tuvo un tinte diferente. Era claro, como ayer, que el plan era bajar en neumático por el rio. Yo no tenía sino el Bikini que se que se caería en cualquier remolino y me dejaría en pelotas, y unos zapatos no adecuados ni lo mas mínimo que se lisan en cualquier mojado. Asi que opté por ponerme camiseta y una faldita por encima y seguro andar descalza por el camino.
Y asi fue. Meterse al río: sentir el agua fría muy fría, y la fuerza de la corriente que baja, que trata de tumbarlo a uno, y si uno quisiera ir hasta los mares mas lejanos con esa fuerza y mirando el cielo.
Luego conseguir lo neumáticos: había que volver a la entrada del parque, pagar $5000 por cada uno, mas $5000 de depósito.
Emprender el camino, un sendero casi todo empedrado, caminable a pie limpio, esperando no pisar ningún bicho venenoso y por eso mas bien no pensar en eso. Volver a meterse al río, este vez cruzar hasta la otra orilla. Otra vez vencer el miedo, intentar nadar, dejar que el rio te lleve y hacer un poquito de esfuerzo para darle dirección a esa llevada. Nadé, sentí la fuerza que me arrastró, me asusté, me calmé y nadé como si estuviera en una laguna y é finalmente al otro lado, no sentí el piso y volvió a darme susto, pero no pasó mas que eso, puros sustos en segundos con la satisfacción de estar parado en una piedra lisa, mientras ves otras niñas asustadas como yo fracasando en el intento de cruzar. :)
Mucha gente, mucha. La gente toma, bota basuras, juega con los niños y yo solo pienso en las historias de ahogados, de niños perdidos en las aguas de ríos fuertes o mas calmos que estos. Preferimos seguir tomar el neumático y cargarlo por el sendero, hasta donde pudieramos seguir caminando.
El camino se hizo mas difícil. Raíces, rocas para escalar, me quejé. ¡Quiero ya bajar en el neumático! Me cargaron el neumático, me dió un poco de vergüenza pero empezaba a hacer presencia mi urbanidad pesada, eso de escalar mientras estas descalza y cargar un flotador gigante hacen que mis pies se choquen, deslicen, y me hagan caer. Lo siento. Pero todos empezaron a ver las dificultades del camino asi que mas adelante, preferimos iniciar el descenso.
Una vez sos empujada con el culo entre el hueco del neumático río abajo no hay vuelta atrás. Luca dejó los zapatos puestecitos al lado del camino y tuvo que pararse en una orilla y recojerlos. Yo, con los rapidos ahi encima, levantando la colita para que no se pegara con las piedras y con el neumático descontrolado, me choque contra una piedra y unos chicos tuvieron que rescatarme, me dieron otra dirección y sobreviví por primera vez. Luego esperamos en una orilla a Luca y seguimos, venían unos remolinos fuertes y levanté con mas fuerza la cola, al neumático lo agarré con mas fuerza, brinqué, cai, me di vueltas y salí triunfante del remolino más fuerte de todo el recorrido. Otro compa tuvo que abandonar pues se le descompuso el brazo. Mucha fuerza remando y dando dirección al neumático.
Y de ahi, para abajo, entre la gente, las piedras, el río, a veces tranquilo, otras veces pedregosos y rápido. Susticos pequeños, sonrisas rápidas, frescura, agua mas o menos pura, el sol entrando por la piel mojada, la cola medio levantada esquivando piedras, atascada en varias piedras, de nuevo en la corriente, una playa, dos playas, las montañas gigantes, los pajaros cantando, la selva fuerte, fuerte! un río tranquilo, y se acabó el paseo. Mas largo todo, que bajar en el neumático. Pero sobrevivi a ser niña, a ser de ciudad, a ser la que todo el mundo cree que se va a caer, a la que le tienen que ayudar. Un pequeño triunfo sobre mi motricidad, mi cobardía y otra historia para decir: fui capaz!
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3 comentarios:
Para mi quedó pendiente la bajada en neumático. Eso que dices del bikini es cierto: durante el viaje nos tocó presenciar a una pareja desesperada buscando la parte de arriba del bikini de la chica mientras el neumático seguía su recorrido río abajo.
Si ese es Rio claro, Mi Hermanita no la paso muy bien cuando intento bajar con el neumático. Bien por ti.
Sobrevivi tambien al Bikini, bien puesto todo el rato. :P
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