Solo pensamientos, historias por escribir para que luego no las olvide. O solo para sacarlas de la cabeza...

lunes, 26 de julio de 2010

El castillo está en ruinas... hace tiempos ya

Vivimos alguna vez en un hermoso castillo. Alli todo funcionaba y era perfecto. Éramos una familia feliz, una felicidad llena de dicha y perfección. O al menos eso creiamos.

El rey de ese castillo proveía de seguridad a todos los habitantes, su familia y amigos. Los niños al ser muy chicos nunca miraban por la ventana porque adentro del castillo habia muchos juguetes y muchos dulces y afuera simplemente no existía. Cuando los niños crecieron alcanzaron a mirar por la ventana y quisieron estar afuera. El rey y la reina procuraron que ese afuera también tuviera esa dicha y felicidad. Sin embargo ahi afuera los niños ya casi adultos se cayeron un par de veces jugando, jugaron donde no debian pero siempre regresaron a casa sanos y salvos y creyendo que el castillo era mejor que cualquier otro lugar. El rey sabía por dentro que el castillo no iba a durar para siempre. Que una vez los niños crecieran el castillo no iba a ser lo suficientemente grande y que sin duda tendrían que conocer el afuera. El rey y la reina trataron de dar las herramientas a los ñiños para que el dia que eso pasara pudieran defenderse ahi afuera. El rey y la reina construyeron ese castillo porque querían que los niños tuvieran todo aquello que ellos no tuvieron, la mejor educación, las mejores posibilidades, la familia mas bonita, el mejor ejemplo. Los niños y los reyes creyeron que eso había sido suficiente.

Pero un dia el rey se enfermó de muerte y con el el castillo se derrumbó. Los muros en ruinas permitían vivir aun adentro, pero sobretodo aumentó la desprotección. Ya se podia decidir, donde estar, ahi adentro, o allá afuera. Pasaron los años y entre estar adentro y afuera, aprendieron muchas cosas. Viajaron, se aventuraron, quiza no muy lejos. Recordaron las herramientas y construyeron lotes cerca al castillo sin ir muy lejos, y de tal forma que pudieran estar adentro y afuera. La reina dejó ir a los niños. Ya no eran niños, sino unos adultos que podrían defenderse solos. Ella estaría ahi para que ellos regresaran, algún dia. Y asi lo fueron haciendo, regresando y quedandose de nuevo, porque el afuera era un lugar muy desconocido. Las herramientas las han olvidado y tienen muchas nostalgia del viejo castillo. Tanta que se han quedado de nuevo entre las ruinas, y no encuentran las salida. Se chocan y se chocan con los mismos muros, como si de esa manera fueran a reconstruir algo que ya esta perdido, como si esos fueran los unicos muros que hay para protegerlos.

No han visto quiza mas allá de los muros y de los lotes cercanos al reino. O no quieren hacerlo. Porque allá no es terreno conocido y muy lejos de la reina, donde ella tal vez no pueda salvarlos. La reina esta muy triste por estos dias. Los golpes han derramado lágrimas innecesarias, porque la salida esta visible a los ojos de todos menos a los de los hijos. La reina quisiera que recordaran y que no olvidaran que adentro de ellos está todo lo necesario, pero ellos tienen mucho miedo de salir mas allá. Y cada vez que lo intentan no funciona. O eso pareciera.

Alguien les dice por estos dias, aunque no quieran creerle o escucharle siquiera que allá afuera hay otros tipos de castillos. Unos a los que les entran fuertes vientos, y a veces agua, pero que de eso se trata, de ir tapando con los años y los dias, el trabajo y la vida, esas ranuras, esas debilidades. Alguien les dice que las ranuras no dejarán de existir, los castillos no seran como el viejo castillo de la memoria, pero no por eso los demas son malos castillos. Son castillos y castillitos, ranchos y ranchitos, los que uno por la vida va construyendo, algunos lejos y otros mas cerca. No importa que tan afuera se esté, las herramientas están con uno. Y la vida, y los dias, el trabajo, seguro traerán otras herramientas. No hay que tener miedo, les dijo el rey alguna vez, asi el muriera de miedo cada vez que el huracán se acercaba. Había que sacar la espada de hierro y el corazón fuerte para mirar al frente incluso a los huracanes mas fuertes.

De pronto el rey nunca dijo con la misma fuerza con que protegió el castillo, que la vida y el afuera siempre tiene los huracanes despues de los dias de sol, que asi es la vida, como la muerte.

Todo porque la modernidad de esos años les enseñó que progresar era ir hacia adelante, y que todos debia ser diferente. Hoy los niños tendrán que irse, lejos, muy lejos, porque la reina esta triste y no le quedan fuerzas para caminar mas tomados de la mano. La reina debe tambien irse, con los niños en el corazon. Los niños ya no son niños. Deben emprender caminos diferentes, fisicos y mentales, sus sueños y responsabilidades deben ser propias, su misión es construir otros caminos y por esos caminos otros castillos. Ojala otros a los que los vientos derrumben a veces las ventanas, para que los que siguen y alguna vez sean niños, aprendan a querer las tardes de sol, y las mañanas huracanadas.

Los corazones están rotos. Algunos más que otros. Los dias, las fuerzas, el afuera, seguro recogerá los trocitos, y el corazón pronto tendrá alguna forma de nuevo. Los dias siguen, y como el viejo rey, hay que mirar hacia el frente, no importa cuanto miedo se tenga.

(Escrito en dias mas grises y con corazones mas tristes)

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