Solo pensamientos, historias por escribir para que luego no las olvide. O solo para sacarlas de la cabeza...

viernes, 23 de septiembre de 2011

Hay mucho silencio en esta habitación


A veces hay que sumergirse hasta el fondo hasta sentir que se está bien empapado. Sentir el piso lamoso para decir, voy otra vez hasta la superficie a tomar aire. Entonces uno mira hacia arriba y ve que la luz está lejos, que la superficie parece inalcanzable y apoya los pies para empujarse y llegar rápido. Pero en la subida, la superficie se aleja. Y el aire se acaba.

Eventualmente el cuerpo sube hasta la superficie. Solo que a veces esa inexactitud, sucede cuando el aire ya se ha acabado, con suerte aun no habrá entrado agua a los pulmones y después uno llegará a una orilla, porque el agua siempre lleva los cuerpos hasta ahi. Y será el sol el que lo despierte, antes que los chulos lo picoteen llamando a la muerte.

¿Cómo no quedarse sin luz? ¿Cómo no dejar que la luz se agote? ¿Cómo revertir esa luz hacia mi? ¿Cómo iluminarme a mi misma, iluminar mi cabeza, mis pensamientos, cómo mantener mi cabeza y mi corazón conmigo?

Tengo miedo de mis propias palabras. Tengo miedo de mis propios movimientos. De pronto mi sombra me ataca en cualquier momento y tengo que matarla.

Fueron dias maravillosos. Dias que pierden su sentido en este espacio de paredes lisas donde resbalan los recuerdos como si fueran gelatina. Paredes de las que no puedo agarrarme y yo caigo tambien sin remedio, o eso pareciera, en el lodo resbaloso donde todo pierde sus limites y las formas y se vuelve pesado y pegachento.

(Días de insomnio y segundos que pasan como eternidades)

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