Finalmente la calefacción sirvió. Es
justo, aunque pienso que de gas pagaremos mucho en varios meses.
Afuera el viento es frío y aunque el sol aun calienta, a la sombra
es frío gracias al viento polar que llega en la estación que llaman
otoño. Mi casa aun tiene zombies aunque también compañía y ruido
y música, porque hay que ser mas ruidosos que la vecina de abajo que
toca la trompeta y el piano hasta altas horas de la noche. Ha
empezado de nuevo la temporada de sopas y lentejas entre las
terapias de cocina, aunque pronto tocara mudarlas a uno de los
cuartos porque en la cocina no hay calefacciòón. ¿Ya vieron la
luna llena? Es una lunota gigante que cambia las noches y les da frío
y lleva las nubes a la cajita fuerte de nubes y deja los cielos
azules, azules como si fueran una cúpula forrada de tela azul. Por
ahi se salen una nubes rebeldes, se escapan para lucir sus grises y
sus densidades profundas. En el piso estan caídas las hojas
amarillas de los árboles. Mientras camino ya mi cabeza se distrae
mirando la forma en que estan caídas sobre el suelo, descubiendo el
poco verde que les queda, si estan húmedas o secas, si han sido
pisadas, o si estan muy juntas, las pateo, y las piso, oyendo el
chrshahshtctatrararsssss debajo de mis pies que aun tienen puestos
los tenis de chulo rosa, a pesar de que las temperaturas han bajado.
Me digo constantemente que debo tener
paciencia, que el tiempo hace su trabajo mientras uno haga su parte.
Ahora me sumerjo en aguas llenas de cloro y veo mis manos bajo el
agua y aguanto la respiración y hago burbujas para llegar hasta el
otro lado, de a 25 mtrs cada vez. Por mis manos se han cerrado ya un
par de libros, con los que ya sufrí y superé el miedo a
terminarlos, para no dejar esas bonitas historias dentro de mi cabeza
por siempre y quedaran como recuerdos que algún dia serán borradas,
o arrinconadas al olvido mientras llegan otras nuevas.
Me gusta esperar a terminar un libro,
el último capitulo, dejarlo para cuando estoy sola, cuando nadie me
esta mirando y sonreir y de pronto llorar, si, como lloré con el
último, para cerrarlo y caminar despues de un suspiro largo. Y
devolverme en las hojitas dobladas o en los subrayados o en las
esquinitas que escribo cosas. Y saborearme el final temiendo, que
despues de eso, esas historias se irán para el rincon de siempre.
Confiando, que las palabras que me tragué una a una, están
adentrico, como decía un amigo, asi no las recuerde todos los dìas.
Con el estado de estas cosas, ya he
hecho varias listas de tareas que lleno de cosas terriblemente
tediosas como ir a empadronarme (El Anmeldung o registro cada vez que
uno se muda dentro de la ciudad) hasta cosas placenteras como el
asunto de la piscina y otras cosas que no quiero discutir aun. Lo
mejor de todo ha sido tachar una a una, y llevar casi tres listas
cuasi tachadas.
Por lo menos ahora hay listas tachadas,
de cosas pequeñas, algo debió haber cambiado.
Sin embargo me canso. ¿Ustedes no?
¿No se cansan de cada día? ¿De hacer lo mismo una y otra vez, de
intentar e intentar? ¿De que el tiempo pase y uno sea un subyugado
de los segundos y del dia y la noche?
Berlin y yo ya no estamos de romance.
Hicimos la guerra y ahora estamos en una tregua. Yo dejo que exista y
ella me deja existir. A veces aun me ahoga con sus exigencias, como
el de una comunicación fluida y efectiva sobre todo cuando la mia es
atascada y temerosa. Aun me tiene bajo un ventarrón en el que me
siento desprotegida. Pero en medio de la tregua, he encontrado una
esquinita de menos viento, y en vez de sonrojarme por hablar a
tascasos, me rio de mi misma en medio de la torpeza que poco a poco
acepto.
Debo escribir y escribir y escribir. Es
lo unico que quiero hacer ahora, y como las cosas que mas quiero, las
que mas lejos tengo.
A punto de emprender un camino, yo se
que no será facil. Nunca ha sido ninguno y por eso esta prueba es la
mas dificil de todas: no ser mi enemiga, darme la mano, que mi cuerpo
y mi cabeza sean la unica protección que necesito. Que mi cabeza y
mi corazón permanezcan conmigo, que sean lo único de lo que debo
aferrarme.
Tomar fuerzas a cada suspiro. Y
entender que ya extraño todo. Menos a mi. (Porque aquí estoy)
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