Solo pensamientos, historias por escribir para que luego no las olvide. O solo para sacarlas de la cabeza...

martes, 18 de octubre de 2011

El estado de las cosas


Finalmente la calefacción sirvió. Es justo, aunque pienso que de gas pagaremos mucho en varios meses. Afuera el viento es frío y aunque el sol aun calienta, a la sombra es frío gracias al viento polar que llega en la estación que llaman otoño. Mi casa aun tiene zombies aunque también compañía y ruido y música, porque hay que ser mas ruidosos que la vecina de abajo que toca la trompeta y el piano hasta altas horas de la noche. Ha empezado de nuevo la temporada de sopas y lentejas entre las terapias de cocina, aunque pronto tocara mudarlas a uno de los cuartos porque en la cocina no hay calefacciòón. ¿Ya vieron la luna llena? Es una lunota gigante que cambia las noches y les da frío y lleva las nubes a la cajita fuerte de nubes y deja los cielos azules, azules como si fueran una cúpula forrada de tela azul. Por ahi se salen una nubes rebeldes, se escapan para lucir sus grises y sus densidades profundas. En el piso estan caídas las hojas amarillas de los árboles. Mientras camino ya mi cabeza se distrae mirando la forma en que estan caídas sobre el suelo, descubiendo el poco verde que les queda, si estan húmedas o secas, si han sido pisadas, o si estan muy juntas, las pateo, y las piso, oyendo el chrshahshtctatrararsssss debajo de mis pies que aun tienen puestos los tenis de chulo rosa, a pesar de que las temperaturas han bajado.

Me digo constantemente que debo tener paciencia, que el tiempo hace su trabajo mientras uno haga su parte. Ahora me sumerjo en aguas llenas de cloro y veo mis manos bajo el agua y aguanto la respiración y hago burbujas para llegar hasta el otro lado, de a 25 mtrs cada vez. Por mis manos se han cerrado ya un par de libros, con los que ya sufrí y superé el miedo a terminarlos, para no dejar esas bonitas historias dentro de mi cabeza por siempre y quedaran como recuerdos que algún dia serán borradas, o arrinconadas al olvido mientras llegan otras nuevas.

Me gusta esperar a terminar un libro, el último capitulo, dejarlo para cuando estoy sola, cuando nadie me esta mirando y sonreir y de pronto llorar, si, como lloré con el último, para cerrarlo y caminar despues de un suspiro largo. Y devolverme en las hojitas dobladas o en los subrayados o en las esquinitas que escribo cosas. Y saborearme el final temiendo, que despues de eso, esas historias se irán para el rincon de siempre. Confiando, que las palabras que me tragué una a una, están adentrico, como decía un amigo, asi no las recuerde todos los dìas.

Con el estado de estas cosas, ya he hecho varias listas de tareas que lleno de cosas terriblemente tediosas como ir a empadronarme (El Anmeldung o registro cada vez que uno se muda dentro de la ciudad) hasta cosas placenteras como el asunto de la piscina y otras cosas que no quiero discutir aun. Lo mejor de todo ha sido tachar una a una, y llevar casi tres listas cuasi tachadas.

Por lo menos ahora hay listas tachadas, de cosas pequeñas, algo debió haber cambiado.

Sin embargo me canso. ¿Ustedes no? ¿No se cansan de cada día? ¿De hacer lo mismo una y otra vez, de intentar e intentar? ¿De que el tiempo pase y uno sea un subyugado de los segundos y del dia y la noche?

Berlin y yo ya no estamos de romance. Hicimos la guerra y ahora estamos en una tregua. Yo dejo que exista y ella me deja existir. A veces aun me ahoga con sus exigencias, como el de una comunicación fluida y efectiva sobre todo cuando la mia es atascada y temerosa. Aun me tiene bajo un ventarrón en el que me siento desprotegida. Pero en medio de la tregua, he encontrado una esquinita de menos viento, y en vez de sonrojarme por hablar a tascasos, me rio de mi misma en medio de la torpeza que poco a poco acepto.

Debo escribir y escribir y escribir. Es lo unico que quiero hacer ahora, y como las cosas que mas quiero, las que mas lejos tengo.

A punto de emprender un camino, yo se que no será facil. Nunca ha sido ninguno y por eso esta prueba es la mas dificil de todas: no ser mi enemiga, darme la mano, que mi cuerpo y mi cabeza sean la unica protección que necesito. Que mi cabeza y mi corazón permanezcan conmigo, que sean lo único de lo que debo aferrarme.

Tomar fuerzas a cada suspiro. Y entender que ya extraño todo. Menos a mi. (Porque aquí estoy)

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