Solo pensamientos, historias por escribir para que luego no las olvide. O solo para sacarlas de la cabeza...
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jueves, 22 de marzo de 2012

B e s t a n d e n

Yo tengo buena suerte. No porque las cosas me salgan sin lucharlas, sino porque al principio las cosas me salen bien. Como he corrido con buenas suertes, buenas famas, y demás, muchas veces, como dirían las abuelas o los tíos, me he echado a las petacas.

Vine a Alemania a estudiar. Muchas cosas han pasado mientras tanto. He aprendido mucho, pero de la vida y de mi. Las petacas me hicieron pedacitos. Y entonces la suerte me toco echarla a mi. A punto de desenmarañar los enredos de mis comodidades y mis conformismos. 

El proceso no ha sido fácil y lo que se viene cuando empiece a estudiar tampoco lo será. Apliqué a tres universidades. Y finalmente en la Bauhaus en Weimar me recibieron. 

De cada aplicación aprendí a organizar un poco mi cabeza y a valorar mi trabajo. Muchos amigos estuvieron cerca observándome en mi caos, y en mis intentos de concentrarme, finalmente exitosos. 

Quise contar una historia. La voz en off original es en alemán,pero sonaba a Polaco. Me gusta haberla puesto en español aunque eso signifique reconocer que el texto no era tan bueno a como lo escribí al inicio, ya que sufrió recortes todo para que en el alemán fuera mas corto de traducir y para que el video no durara tres horas. Y así hacerlo se volviera una tarea interminable. Pero en español lo entienden todos con los que comparto esta alegría. 

Fue un proceso bonito hacer este video. De escribir una y otra vez el guión, hacer storyboards, volver mi cuarto un pequeño teatro, de tener el tiempo de pensar en la animación y recordar como deberían moverse las cosas. En volver a arrancar porque todo iba muy deprisa, y en correr la última noche cuando aun faltaba todo por ajustar y mientras tanto mi pc casi echando humo en cada render y finalización de cada clip. 

Le haría mil cambios. Pero no importa. No lo mostraría porque se que tiene errores, la calidad de cada clip es diferente, los audios están raros, que mas les puedo decir de todas las cosas que veo que no hice cada vez que doy play. Pero también, y a diferencia de otros tiempos, me gusta mucho. Fue muy divertido, aunque batallé mis dias invernales contra mi cuerpo y contra mis espacios. Fue un proyecto que hice a la medida de mis capacidades y aprendizajes. A la medida del tiempo, del espacio y de las herramientas. Se sobredimensionó, nadie me pidió hacer algo asi. Pero lo hice. Y aprendí un montón. Y no solo de animación. 

Gracias a los aprendizajes, a los maestros, a Punto Link, a los amigos, a Berlin y su mundo, a mi república colombiana berlinesa,  a los que a pesar de todo y de mis caídas me observaron y así me acompañaron. 

Y así quedó todo. 







domingo, 12 de diciembre de 2010

Por fuera de casa


Sali una mañana de mi casa. Grimmstrasse 7a corriendo pensando que ya iba tarde. Maletica azul y mochila. Abrigo. Debía tomar el tren hacia Stuttgart. Miercoles. Y con un señor sentado a mi lado casi todo el rato vi por la ventana el recorrido. Cerca de 5 horas. Y llegué. Habia pasado la noche anterior empacando y las dos anteriores, preparando una exposición para la clase de aleman sobre Creative Commons: me pasa algo cuando hablo Alemán y es que cuando tengo la palabra y muchos me miran me da pánico escénico y se me olvida que tengo que decir y peor aun, solo pienso en eso. Asi fue un pequeño desastre del cual solo quedará reírse cada vez que lo recuerde. El tren. La estación. Stuttgart.

Al llegar información turística, mapa de 50cents, al hostal. Preferi ir caminando sin saber que quedaba en la montaña y que la maletica habia que cargarla por escaleras que subian a la montaña. Pensé en mi Medellin y en sus escaleras y lomas y en los colores naranjas y no se porque uno a donde va compara sin querer, pero queriendo. Es lohnt sich me dijo alguien cuando pregunté como ir hasta alla por segunda vez. Sobre la vista. Y si, mi compañera de cuarto Maria, polaca y enferma con un olor a laca espesa. La vista sobre el vallecito que aloja esta ciudad de nombre redondo: Stuttgart, Stoccarda en italiano. Anochecía. Salí.



Bajar la montaña, descubrir por donde caminan los peatones, edificios grandes, la ópera, el museo de historia, la galerìa de arte. ¿Y dònde esta la ciudad? Luego la plaza del castillo el museo de arte moderno, el mercadito de navidad, la calle de los reyes, la calle de las compras. Si en Colombia los pueblos se organizan al rededor de una iglesia en Alemania al rededor de una estacion de trenes y un castillo, y casi siempre una calle peatonal de compras. Pues si, basicamente de 6 a 8 se compra y despues se cierra todo y la ciudad sola. O eso parecia. Adentro de las casas pasan cosas solo que afuera uno no se da cuenta: solo hay que conocer la movida local. Y no ser un extranjero. Dificil.

Dia 2. A Ludwisburg. Film Akademie Waden Wurtemberg.

Miro a ventaba del tren desde donde escribo.

Vuelvo a la Academia. ¿Qué quiere hacer? ¿Tiene talento? Leidenschaft? ¿No quiere vacaciones? Aplique, sino, no pierda su tiempo. Mientras tanto Ludwisburg es como el Retiro solo que tiene un castillo y estación de trenes y la calle con tiendas mas locales. Y la Academia.



Y si, yo quiero agua le digo al señor del tren. Tambien quiero estudiar. También.

Al otro dia no quedaba mas que viajar a Roma. Dejé la maletica azul en la consigna y fui a la libreria. Busqué un libro: Home is what you left. Tambien lo que hay adentro, la búsqueda es home.

Luego en el mercado donde los niños patinan a la luz del dia y con un tibio sol, me tomé un vino caliente: qué calor.

Y tomé el avión. Y vi los alpes nevados y me tocó en ventana y llegué. Roma. Maletas. Esperar. Tiquete. Tren. Termini. Santiago. Sonrisas. Muchas.



Es que ya no somos unos niños, pero que bien se siente estar juntos como cuando niños.