Solo pensamientos, historias por escribir para que luego no las olvide. O solo para sacarlas de la cabeza...

domingo, 13 de julio de 2008

Era una tarde

Su nombre artístico es Luis. Es del Perú y canta al ritmo de una pista música andina. Tiene una quena al cuello y una corona de micrófono al lado de su boca. Menos mal no tenía sombrero de pielroja, porque seguro no le hubiera hablado. Me hice la loca, pero no pude, directo hacia mí, se sienta a mi lado y pregunta cuál es mi signo, sagitario, le digo. Las sagitarianas son celosas, yo me río, y le digo que yo no sé si soy muy celosa, soy poco celosa, o es normal ser así de celosa. Le pregunto que como son los sagitarianos, me dice un montón de cosas (que ya olvidé). Me dice que fue militar que tiene un hijo en España, que se va air para México, que le gusta mucho las playas de santa marta, para que me dices todas esas cosas, luego se para enciende el micrófono, para Ana María, me saluda y empieza a cantar, … nunca pero nunca, me abandonaras cariñito… no puede ser, me han dedicado esa canción. Me pregunta si nunca me he aventurado, me pregunto que significa eso para él. Yo no sé si me he aventurado según su significado, yo he tratado que al final las cosas sean una aventura sobre todo ultimamente… luego un negrito. El negrito se sienta mi lado y pregunta por que las estatuas son negras, porque son gordas, que donde vive botero, que donde vivo yo, que porque botero no vive en Medellín, que porque son negras que porque son gordas. El negrito está esperando. El negrito me habla pero no responde a mis preguntas yo si se las respondo, no tengo con quien más hablar. Veo la gente que pasa al frente. Por aquí todos pasan, a veces de afán, a veces despacio, no sé porque veo hoy muchos cojos, creo que Medellín está lleno de cojos, y cojas. Está lleno de locos. William se sienta a mi lado. Tiene un grillo de hoja en su mano. Me ve escribiendo este post, el no sabe que escribo sobre él. Me dice que escribir es muy importante, seguro tiene mucha hambre, está muy trabado, y la verdad no huele muy bien, las cosas que tenía ese día estaban en una tapa de una maleta de viaje que cargaba, ese día porque cuando la gente vive en la calle, es a cada día, mañana no se sabe. Otro amigo de estas calles, le da una bolsa con arroz, vale mil pesos, no el arroz, sino el grillo. Me acuerdo que hace muchos años compre uno igual en un bus. Hice lo mismo, escuche las palabras del desconocido y le compré el grillo. Hacía mucho sol, se que estaba toda colorada del rato que andaba sentada en esa banca bajo el sol, sin pensar, o pensando de todo y sobre nada. Esta Medellín es un circo, me gusta estar por aquí veo lo los locos, los cuerdos y los turistas que creen que Medellín es este lugar… y que todo esté en un mismo lugar, que a lo mejor nadie se observa y que solo los que no queremos que nos observen nos observan. Una llamada, me paro y me voy. El negrito se despide a lo lejos, me dice gracias, le había dejado el grillo. El siguió esperando, yo la verdad no esperaba nada, y a veces los días se pasan mejor así.

Y Luis seguro sigue tarareando canciones con su quena… en algún otro lugar de este circo…

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