Llueve como si la tierra se quisiera llenar de agua y ahogar a todos los humanos. El cielo esta gris y la temperatura baja. Es Medellin y es raro. No recuerdo como han sido los días cuando la gente se muere. Solo recuerdo los escalofríos y las lágrimas. Y luego un sin fin de escenas que cuando alguien mas las vive, se me sale una lágrima por costumbre.
Apenas nos vió sonrió a su manera. No es sino huesos, ese hombre alto de voz ronca y firme. Como los Vallejo, dirían ellos. Su voz no es firme ya, aunque nos dijo preciosas, y aunque no le brillaron los ojos, como yo hubiera querido. Hay otro enfermo detrás de la cortina. Pero es el quien me importa. Se toma la sopa a cucharadas sin importarle siquiera. Mira el televisor y la televisión barata de cualquier canal local. Sobre todo comerciales poco interesantes. Sabe que a lo mejor nos nos veamos mas. El lo sabe, yo lo se. Despues de la sopa toma un poco de conciencia, se mira los dedos, las manos, busca la argolla de matrimonio. Quizá lo único que le interesa, estar con ella asi sea con una argolla, asi sea en sus dedos amarillos por los tantos cigarrillos al día que no se apagan nunca. Ojala leyera pensamientos y supiera que estoy pensando que hoy es un buen dia para morir. Que detrás de la vida no se sabe que hay, pero para el está ella, y otros tantos, como mi papá. Mi mamá habla de mi abuela. Murió en esa misma clínica, una casualidad casi que fatal. Ojala espere unos abrazos. Ojala le salieran ganas de vivir, pero no creo. Quien quiere morirse con tantas ganas se demora, pero siempre el cuerpo es vencido por las ganas, algún día.
Si uno muriera hoy, las lagrimas caerían al río que cae del cielo. Si uno muriera hoy, recordarían que el mundo estaba triste porque no hacía sino llover. Si uno muriera hoy, seguro habría remordimientos. Yo a veces también quiero morirme. Yo a veces tambien quiero que el cuerpo caiga vencido. Pero yo tengo 55 años menos. O sea me quedan minimo la mitad, de vida y de días, y de historias que asi a veces tenga ganas, no quiero pérdermelos.
Hoy es un buen día para morir. Y una lágrima sale anticipada.
Siempre es bonito imaginarse que a donde quiera que va uno apenas muere, mas allá del crematorio, estan los otros que ya pasaron la vida, y que lo esperan a uno en sus mejores años, sin mas tristezas ni lágrimas, y que si todo el blanco, y luminoso, como una cena larga llena de sonrisas. Que hay un sol tenue, y que no llueve, ni hay cielos grises oscuros. Seguro la mesa está muy llena, pero siempre hay espacio para una silla mas, la de uno, la de el, la de cualquiera que en este momento de mi noche lluviosa, melancólica, fria y hasta triste por defecto, (a pesar de otras tantas felicidades al día) está muriendo, porque hoy es un buen día para morir.
4 comentarios:
Me he quedado con una sensación: .La del sonido de las gotas de la lluvia que va contando tristezas, la de las tristezas que cuentas gotas de agua salada.
Precioso escrito.
Saludos,
Cati
Cati,
la lluvia y la muerte, y las gotas, todo viene del mismo lugar.
Pues se me ocurre en estos dias invernales.
Y finalmente se fue, se fue para donde se van las vidas, ojala un lugar, ojala. Allá habia mucha gente que lo esperaba, y aqui seguro lo extrañaran.
Buen viaje tio Pacho!
Muy bueno, justo ahora en la ciudad donde estoy está lloviendo y hace días que llueve dentro de mí...
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