Siempre ha habido un calendario detrás de la puerta. Y nunca por supuesto, está en la página del mes que corresponde al mes que estoy cuando lo miro. Sobre la ventana siempre ha habido una colección de buhos que de niños adorabamos y sobre la mesa su foto. Claro que esa no ha estado desde siempre. Solo desde hace unos años. Yo estaba empezando a estudiar fotografía y era un día de la madre. Un domingo de esos en los que las familias se reunen a pesar de la pereza de hacerlo, una felicidad mal disimulada, pero una grata comodidad de estar jutnos. Ya había pasado el almuerzo y el se acostó en el sofa. Ese día tenía la camara Canon AE1 la que el había usado algna vez, y un rollo blnaco y negro en el carretel. ISO 100. Luego cuando revele la pelicula muy pocas fotos habían salido. Por supuesto esta no es su mejor foto, pero es la foto que yo le tomé.Y que luego en un marco que yo pinté, le regalé. Todo en pasado perfecto, asi esos días no fueran tan perfectos. En sus ojos hay una expresión que aún no entiendo, pero que recuerdo cotidiana. De pronto pensaba en esa niña detrás de la cámara y en esos ojos que verían la foto después que el muriera. Porque yo si creo que uno sabe que en algún momento sabe que se va a morir. Y ese era su mayor miedo. Dejar este reguero de niños ya adultos solos y desprotegidos. Porque siempre pensó que en su ausencia nosotros siempre estábamos desprotegidos. Éramos muy contemplados. Si. Y nosotros nunca pensamos que él algún día pudiera morirse. Yo hubiera preferido que otros papás se murieran, no el mío.
A los búhos los coleccionamos por años. La moda de los búhos fue como la de las miniaturas, los ceniceros, los cuadros papiros, o las imágenes de barcos. Puras modas y colecciones absurdas para decorar los hogares. Yo limpiaba los sábados con mi mamá los búhos. Pero en semana cuando ella no estaba yo jugaba con los búhos. En todo el edificio podíamos pasar tardes enteras jugando y comparando los búhos de cada casa, había de cristal, de cerámica, grandes y pequeños, había unos miniaturas que se compraban en la tienda de regalos de la esquina, y recuerdo un olor al recordarlos, un olor a sorpresa y a búho de color. Es sorprendente que solo unos búhos traigan tantos recuerdos, y sobre todo que aun existan esos búhos llenos de miradas oscuras, en la repisa de una ventana. Por supuesto los buhos no han estado ahi desde siempre, pero siempre han estado mirándonos, mirándome, de medio bisney, de medio lado, como quien mira y no quiere mirar.
Son los objetos los que nos traen tantos recuerdos. Algunos sobre todo. Pero si donde vives está lleno de objetos que no se han usado, rincones que no se han habitado, paredes que no se han pintado, usado, colgado con cuadros y pinturas, solo son objetos como de tienda de muebles y decoración, casas no propias. Objetos meaningless. Por eso es bonito tener casas y lugares con cosas de otros tiempos, con cosas de otros, regaladas y usadas. Cosas que tienen hisorias y olores con recuerdos. Fotos que uno olvida mirar y que cuando las vuelve a mirar, descubre algo nuevo: El no quería sonrerir, pero sonrió como quien no quiere, para la posteridad.
Solo pensamientos, historias por escribir para que luego no las olvide. O solo para sacarlas de la cabeza...
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martes, 6 de abril de 2010
domingo, 5 de abril de 2009
Noche de Sábado
El twitter esta caído temporalmente por una hora desde las 10pm y son las 10:11 pero yo a los minutos no les creo porque siempre van adelante o atrás pero nunca al ritmo que son. He tomado mucha agua, tengo hambre pero los chocokrispis no me apetecen. Como lo mejor del dia es llegar a casa y ponerse la pijama y andar descalza, eso hago. Luego tomo el control del TV en la mano e inicio el zapping. Me entretengo con Eli Stone. Un abogado que cada vez que lo veo quiere ser bueno pero el mundo no se lo permite. No esta tan lejos de la ficción aunque el argumento sea una aneurisma en su cerebro. O sea para ser buenos, hay que estarse muriendo.
Voy por el portátil y me di cuenta que de nuevo somos mi mamá y yo solas. Otra noche de sábado.
Las voy disfrutando. La verdad siempre me ha parecido que una noche de sábado no tiene nada en la TV y hoy hasta he visto cosas chéveres. Están dando Antony Bourdain. La verdad lo escucho, mientras escribo, también a ver si me da ideas. Estoy tratando de acordarme de algo que se me ocurrió hace un rato pero no lo logro. Estoy pensando en escribir ficción. Pero apenas lo pienso. Hubo un tiempo en que me sentaba y escribía ficción. Buena o mala, pero ficción. Podía inventar todas las historias más dementes en una sentada. Recuerdo que no he comido. Es que estoy leyendo Mujer Gorda. Esta Blog novela.
A veces uno recorre los pasos de otro en un día. Esto hace la red. Uno arma caminos en este mar de información con tres correos y vínculos, que me hacen pensar que hacía en cada momento los remitentes de esos emails. Hablan de cebolla en Antony Bourdain. Esta en las islas griegas y dice que la comida no le gusta. Pienso que nunca vi su pasada por estas tierras y la busco en youtube. No la veo todavía, mírenla a ver que dice.Hoy recordé que en Palermo los recién casados van por el centro tomándose fotos y videos por las fuentes, las partes bonitas. Si aquí lo hacen en cambio en el jardín botánico. Creo que voy por alguno de mis cuadernos juveniles de noches de sábado adolescentes…
Ahh hoy estuve en Sanalejo. El mayor recuerdo de Sanalejo era el olor. Palosanto? Horrible. Hay un vecino que quema cuando no quiere que le sientan otros olores. Lo peor. Antony brinda. Ya se me había olvidado otra vez. Un día quise tener un puesto en Sanalejo. Yo vendiendo agendas pintadas a mano por mí y por mi hermana. A ella siempre le quedaban mejores. Me acorde por una que tengo en la mano con John Lennon pintada por mi. Encontré escrito: “Ani, acuérdese de mi siempre.”
Tantos miedos en esos años de estar lejos. Yo me acuerdo esa última navidad. Sobre todo lo que recuerdo fue la buena noticia de que se iba. A mi casi se me cae el mundo. ¿Pero si apenas empezábamos a disfrutar la vida de grandes? ¡Ahhh!. Fue la última Navidad todos juntos. Cuanto han cambiado los caminos. Una lagrimita.
Leo unos sueños escritos de hace 6 años. Increíble que se olviden los sueños. Que se vayan como cuando uno abre los ojos. Lo que no cambia son lo absurdos y bueno, en mi, los personajes desconocidos. Cierro el cuaderno juvenil.
Uno no cambia. Lo que pasan son los años, la gente, los lugares. Me alegra.
Se acabó Antony Burdain y yo también.
Una última cosa. Como amaneci hoy quiero amanecer muchas mañanas. Lo mejor.
Voy por el portátil y me di cuenta que de nuevo somos mi mamá y yo solas. Otra noche de sábado.
Las voy disfrutando. La verdad siempre me ha parecido que una noche de sábado no tiene nada en la TV y hoy hasta he visto cosas chéveres. Están dando Antony Bourdain. La verdad lo escucho, mientras escribo, también a ver si me da ideas. Estoy tratando de acordarme de algo que se me ocurrió hace un rato pero no lo logro. Estoy pensando en escribir ficción. Pero apenas lo pienso. Hubo un tiempo en que me sentaba y escribía ficción. Buena o mala, pero ficción. Podía inventar todas las historias más dementes en una sentada. Recuerdo que no he comido. Es que estoy leyendo Mujer Gorda. Esta Blog novela.
A veces uno recorre los pasos de otro en un día. Esto hace la red. Uno arma caminos en este mar de información con tres correos y vínculos, que me hacen pensar que hacía en cada momento los remitentes de esos emails. Hablan de cebolla en Antony Bourdain. Esta en las islas griegas y dice que la comida no le gusta. Pienso que nunca vi su pasada por estas tierras y la busco en youtube. No la veo todavía, mírenla a ver que dice.Hoy recordé que en Palermo los recién casados van por el centro tomándose fotos y videos por las fuentes, las partes bonitas. Si aquí lo hacen en cambio en el jardín botánico. Creo que voy por alguno de mis cuadernos juveniles de noches de sábado adolescentes…
Ahh hoy estuve en Sanalejo. El mayor recuerdo de Sanalejo era el olor. Palosanto? Horrible. Hay un vecino que quema cuando no quiere que le sientan otros olores. Lo peor. Antony brinda. Ya se me había olvidado otra vez. Un día quise tener un puesto en Sanalejo. Yo vendiendo agendas pintadas a mano por mí y por mi hermana. A ella siempre le quedaban mejores. Me acorde por una que tengo en la mano con John Lennon pintada por mi. Encontré escrito: “Ani, acuérdese de mi siempre.”
Tantos miedos en esos años de estar lejos. Yo me acuerdo esa última navidad. Sobre todo lo que recuerdo fue la buena noticia de que se iba. A mi casi se me cae el mundo. ¿Pero si apenas empezábamos a disfrutar la vida de grandes? ¡Ahhh!. Fue la última Navidad todos juntos. Cuanto han cambiado los caminos. Una lagrimita.
Leo unos sueños escritos de hace 6 años. Increíble que se olviden los sueños. Que se vayan como cuando uno abre los ojos. Lo que no cambia son lo absurdos y bueno, en mi, los personajes desconocidos. Cierro el cuaderno juvenil.
Uno no cambia. Lo que pasan son los años, la gente, los lugares. Me alegra.
Se acabó Antony Burdain y yo también.
Una última cosa. Como amaneci hoy quiero amanecer muchas mañanas. Lo mejor.
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