Mi papa se murió, así, sin esperarlo, sin sufrir mucho, sin que nos diéramos cuenta cuando pasó todo. Y aun así, cuando pienso en que mi mama puede morirse de la misma forma me parece imposible. ¡Pues como!
Pero la verdad es que ella o cualquiera se puede volver a morir con igual azar. Y uno al final sigue con al vida. Uno quisiera que la gente a su alrededor no le faltara de ninguna forma. Pero siempre faltan de muchas formas.
Y la historia comienza cuando a mi mama la van a operar de una rodilla. Eso la verdad no tiene ciencia, a pesar de la anestesia general, pero como la muerte lo coge a uno en cualquier parte, pues ella decidió hacer un discurso de despedida, recomendándonos todo lo que debíamos hacer si algo le pasaba. (Seguro no pasaba nada, pero y si si?) Y pensé en esa posibilidad de nuevo y me aterró.
Preferí tomar la cámara y tomar unas fotos sin mayores ambiciones, mas que esconder el miedo terrible de quedar sin ella, hacerla reír todo el camino de ida y de vuelta de la clínica, y ya está.



Luego de que sale, la llevan en ambulancia hasta mi casa.





Mi mamá recuerda que nunca ha estado en una ambulancia cuando ella es la enferma y por algo que no sea grave. Se quede en silencio como recordando...

Luego como mi edificio tiene 5 pisos y yo vivo en el ultimo y no hay ascensor tocó subir en una camilla a mi mamá.

Luis y Carlos hicieron todas las maromas para llegar hasta el apartamento. Luego no quedó mas que tomarles una foto.

Y al final a mi mamá no le ha pasado nada, ahi está en su convalecencia de 8 dias si apoyar su pierna izquierda. Acostada en la cama entre el tevisor, la costura y el soduku.
Ojala se recupere pronto.
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