Solo pensamientos, historias por escribir para que luego no las olvide. O solo para sacarlas de la cabeza...

domingo, 20 de septiembre de 2009

Aruba, dia 1.


Se sentía dentro del avión que es esa lata de sardinas donde los hombres volamos, como se retraia frenando el impulso, porque ahi al frente estaba la isla, Aruba. Una de las antillas holandesas. Yo de Aruba no se nada. Mas bien poco. Hoy llegamos a un aeropuerto que recibe a los turistas como si estuvieran en casa. En ingles o en español. Por lo cual no tuve que hacer mas esfuerzo que sonreirle al tipo de inmigracion que me miró como bicho raro, como seguro mira a todos los turistas, es decir a casi todo el mundo. Porque Aruba tiene mas poblacion inmigrante que local. Luego conseguir un taxi no fue difícil, pero si lo fue que el taxista nos hablara mas de una palabra. El taxista blanco y seguro ojiclaro si hubiera podido verle los ojos, hablaba para si mismo cuando le preguntamos sobre Aruba. Es decir no dijo nada nuevo que el no supiera y que le interesara repetir. Nos trajo hasta “Casa del mar”. Nuestro “Resort”. Aquí vamos una hora mas adelante. Aquí, en la recepción tampoco nos dijeron nada mas que “bonvini”. Aquí esta su habitación, el botones los acompaña hasta su habitacion en primer piso del bloque de allá, o sea del que está lejos de la piscina chevere y de las olas del mar. A mi no me importa, la verdad. Pregunto por el internet. 35 dólares la semana. Hay que verificar que la computadora si pueda registrarse a lo cual no entiendo y dejo la misión para mañana domingo. Mi afán al llegar es conseguir información de donde estoy. La confusión idiomática y sentirme muy ajena al lugar me dan cierta incomidad. Miro las revistas que ofrecen todos los toures a los que no me interesaría ir con un combo gigante de gringos idiotas. Pero yo creo que aunque no soy de ese pais, y crea que soy diferente, me sumo a los turistas idiotas a los que se les ofrece un micromundo global, como sentirse en casa, no importa de donde vengas, al estilo caribeño. O sea, está el ristorante italiano, la pizzeria de Bob con el gringo pelilargo y camisa hawaiana, cantando merengue y salsa al ritmo de una pista sosa y metalizada, el Dunkin onuts sin el cual nadie sobrevive y el restaurante del hotel donde por fortuna encuentro 3 colombianos que me hacen sentir otra vez, como en casa. Todo al lado de la playa con una arena de algodón y del sonar del mar que nadie calla.

Vamos a comer. Sanduche de Subway. Nada menos local. Nada menos local que estos hoteles que ya en la noche solo veo como grandes masas oscuras entre las luces de sus letreros que algun dia parecerán como Las Vegas, Nevada. Me pregunto que hay de local en una isla llena de gente de otros lados. Supongo que lo local es lo no local. Me rio. Me parece fantástico este mundo de mentiras, este mundo construído en colores pasteles, edificios con aires acondicionados. Es falso y lo se. Es falso cuando uno podría estar ahi en la playa, como en Colombia. Pero ah! No estamos en Colombia sino en Aruba. Así, entonces si la vida aquí es asi, como se ve a primera vista en este complejo hotelero tipo Rodadero (en el que nunca he estado pero supongo es un equivalente) pues la gozaremos tal cual. Al otro lado de la isla dicen los mapas despues de promocionar las joyerias y las tiendas de esmeraldas colombianas y las tiendas de grandes diseñadores, como Mario Hernandez, (Ja!), está el Parque Nacional Arirok donde hay piscinas naturales, cuevas, formaciones rocosas. Lei por ahi tambien unnas bicicletas para alquilar a 25 dolares. Seguro uno de estos dias alquilo una. También un submarino para ver el fondo del mar. Y nada que me guste mas que el fondo del mar. Y se que el submarino es una de esas cosas con turistas estupidos que me gustaria hacer y no perderme. Es como estar en los viajes de 20.000 leguas de viajes submarinos.


Pues si. Aruba o este pedacito al que llegué hoy es una construcción falsa de lo que es el mundo. De la idea de vacaciones caribeñas para gringos (leanse turistas) estúpidos. Y si. Hoy me uno a esa masa irreconocible de extranjeros. Esperemos que mañana, pueda escribir este post online.

Aruba, aquí vamos!

(Una cosa muy bonita, los arboles estan peinados por el viento que no deja de soplar, calidamente, calidamente)

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