Escuche hablar de la Champañería varias veces. Que la gente no cabe, que es una fiesta tremenda, que los bocadillos son buenisimos, que el piso es muy sucio. Pero nunca se cree hasta verlo. En la Champañería venden sanduches de muchos tipos, mi recomendado el de lomo, tocineta y pepinillos. Y si pides un sanduche puedes pedir una botella de cava. Esta cava rosada, que es como un vino espumoso, con sabor a manzana postobon, se toma como juguito. A veces hay tanta gente que entrar y salir te puede tomar mas de 10 minutos, siendo un local de no mas de 50 metros cuadrados, donde se come con la copa en la mano y en la otra el bocadillo. La primera vez no estaba preparada, aunque me gustó el bocadillo y la cava, tanta gente me pareció una experiencia extrema. Esta vez, había menos gente, y fue mas divertido. Claro, era un jueves a las 4 de la tarde. Cuando volví al sabado siguiente, ya había mucha gente, y llegar hasta el fondo era dificil. Más bien, vean este video que muestra lo que es La Champañeria en la Barceloneta en Barcelona.
Solo pensamientos, historias por escribir para que luego no las olvide. O solo para sacarlas de la cabeza...
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domingo, 11 de enero de 2009
viernes, 9 de enero de 2009
Rutina
Yo tengo pocas rutinas, mas bien desordenada y olvidadiza. De todas maneras en mi cabeza a cada recorrido y procedimiento que repito empiezan unas lógicas frikies a funcionar. Desde que estoy en la casa de mi hermana, evitando el desorden en el espacio habitación/cocina/sala/comedor y debido al invierno, procuro tener organizado mi espacio, y que cada mañana y cada noche sea mas fácil organizar el día y la noche.
Y llego a la conclusión que menos mal tengo pocas rutinas, es más friki de lo que pensaba.
Y llego a la conclusión que menos mal tengo pocas rutinas, es más friki de lo que pensaba.
miércoles, 7 de enero de 2009
Dia de reyes
De los Reyes magos yo sabía que llevaban mirra, incienso y oro al niño Dios. No eran sino unos muñecos mas del pesebre, un Gaspar al que descabecé apenas llegó a casa, tres estrellitas en el cielo que miraba cuando mamá decía: -¡Mira!, Ya casi llegan los tres reyes magos-. Pero para mí, los tres reyes llegaban cuando el niño Dios nacía, y ya para el 6 de enero, yo sólo recordaba los regalos de navidad y pensaba en que tantos días de vacaciones faltaban.
Aqui la tradición original dice que los Reyes magos traen regalos y dulces en la madrugada del 6 de enero, si los niños se han portado bien, sino, los niños reciben carbón.
Está esta cabalgata en la noche del 5 de enero, que no se parece en nada a la montañera paisa de la feria de las flores, que recorre la ciudad y en los barrios se hacen otras mas pequeñas.
Los niños reciben los confites, y los adultos seguro recuerdan la niñez. Muchas luces, música y color, para una fría noche de invierno.
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lunes, 5 de enero de 2009
La Pedrera
Nada como una tarde de sol y una vista fantástica.
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miércoles, 31 de diciembre de 2008
A los 25
No es que me sienta vieja, porque creo en aquella frase de cajón de que la juventud está en el corazón, pero esto de los 25 me parece toda una cuestión. Mi mamá nos dijo hace unos años que cuando cumpliéramos 25 años teníamos que ir pensando en irnos de la casa. Y aunque mi hermano que tiene 28 no se ha ido, y mi hermana de 30 viva en Bcn, pero con un pie siempre en la casa, no creo que me vaya pronto de la casa y mi mamá al final tampoco piensa echarme.
Todavía tengo cuadernos de muñequitos, léase, La fresita, o mas moderno aun, Backgardigans. Veo un Pitufo y me muero de la emoción, me gusta la ropa rosada, no combino las medias con los pantalones, tengo unos guantes de rayas de todos los colores, y calzones de corazones, no me falta sino el par de trencitas en el pelo, que no las he tenido recientemente porque tengo el pelo corto desde hace 4 años.
El 29 de noviembre cumplí 25 años. 8 días antes en el aeropuerto el Dorado antes de llegar a Barcelona me compré un reloj de $5000 de la fresita. Era el más bonito, el único de mi gusto y solo pensaba en que me aterraba pasar 12 horas de avión sin saber la hora. El 30 de noviembre, en medio de la resaca, miré el reloj, y por un instante, pensé: oís, yo si estoy ya como vieja para un reloj de la fresita. Y la verdad es que podría pasar el resto de mi vida como si tuviera 22: con reloj de la fresita, yendo a casa temprano antes del amanecer, teniendo que ir a la universidad, en fin, tantas ventajas que siento que dentro de mi en caso de tener 22. Total es que guarde el reloj, y me compré otro, aunque todavía no es de señora, por lo menos no es rosado de niña de 8 años.
No se que es eso de tener 25 años, debe ser igual porque al final la vida es solo una. Larga y larga, o corta y corta. Los años son solo períodos de tiempo que el hombre se inventó para ordenar su caótico mundo y entenderlo un poco.
Lo que pasa es que cuando mi mamá tenía 25 años ya tenía marido y dos hijos. Y yo, yo nada, vivo una vida medio hippie, medio formal, quiero ser normal, pero no tengo tanto de normal, quiero ser independiente, pero al final dependo de todo. Me cuesta levantarme en las mañanas, trasnocho todos los días, todavía me emborracho y a veces se me olvidan cosas, me falta probar casi todas las drogas, ya dejé el cigarrillo, todavía no se bailar y no creo que aprenda, y no me gusta maquillarme así mi hermana insista.
Y como esto del tiempo pasa, y a veces me miro al espejo y digo, Dios, como has envejecido. O veo a los jóvenes (es que ya hablo casi como una abuela) y digo, estos muchachos tan tremendos (ja), o tan tesos, o veo esos que a los 23 ya hicieron todas las cosas que yo no he hecho. O pasa también como hace poco, que el suegro de mi hermana me dice que si tengo 18 años; que al final no se que es peor, si ver a los que están detrás muy jóvenes o tener tanta cara de niña.
Y mi cuñado me dice que porque trabajo a los 25 si estoy muy joven todavía, y yo pienso, ¡claro! ¡Estos europeos!
Y de pronto por esto de los 25, pues para no sentirme tan vieja, ni tan pasada de moda, y de pronto porque me canso de ser niña bonita y buena... O de pronto sin razon alguna, solo porque me da la regalada gana, decidí cortarme el pelo, y teñírmelo de muchos colores, así los colores no estén de moda, o si y que importa. Porque tuve el tiempo, me di el gusto, porque necesitaba un cambio (dicen que cortarse el pelo es un cambio en la vida de algo) porque me dio la gana, y porque finalmente me atreví, después de tantas divagaciones en mi cabeza sobre la vanidad femenina.
Así que este fue el cambio de look.
Fue divertido estar tres horas en un lugar en el que uno se siente atendido, con todo el placer de unos chicos que se divierten haciendo lo que hacen. Sergi el amigo peluquero se divirtió de lo lindo con mi pelo y mis colores, yo solo le dije, en “vos confío”. La Pelu, fue el lugar, la ciudad Barcelona, el personaje, Ana María Vallejo, que por mas que trate de cambiar, siempre será la misma.
Todavía tengo cuadernos de muñequitos, léase, La fresita, o mas moderno aun, Backgardigans. Veo un Pitufo y me muero de la emoción, me gusta la ropa rosada, no combino las medias con los pantalones, tengo unos guantes de rayas de todos los colores, y calzones de corazones, no me falta sino el par de trencitas en el pelo, que no las he tenido recientemente porque tengo el pelo corto desde hace 4 años.
El 29 de noviembre cumplí 25 años. 8 días antes en el aeropuerto el Dorado antes de llegar a Barcelona me compré un reloj de $5000 de la fresita. Era el más bonito, el único de mi gusto y solo pensaba en que me aterraba pasar 12 horas de avión sin saber la hora. El 30 de noviembre, en medio de la resaca, miré el reloj, y por un instante, pensé: oís, yo si estoy ya como vieja para un reloj de la fresita. Y la verdad es que podría pasar el resto de mi vida como si tuviera 22: con reloj de la fresita, yendo a casa temprano antes del amanecer, teniendo que ir a la universidad, en fin, tantas ventajas que siento que dentro de mi en caso de tener 22. Total es que guarde el reloj, y me compré otro, aunque todavía no es de señora, por lo menos no es rosado de niña de 8 años.
No se que es eso de tener 25 años, debe ser igual porque al final la vida es solo una. Larga y larga, o corta y corta. Los años son solo períodos de tiempo que el hombre se inventó para ordenar su caótico mundo y entenderlo un poco.
Lo que pasa es que cuando mi mamá tenía 25 años ya tenía marido y dos hijos. Y yo, yo nada, vivo una vida medio hippie, medio formal, quiero ser normal, pero no tengo tanto de normal, quiero ser independiente, pero al final dependo de todo. Me cuesta levantarme en las mañanas, trasnocho todos los días, todavía me emborracho y a veces se me olvidan cosas, me falta probar casi todas las drogas, ya dejé el cigarrillo, todavía no se bailar y no creo que aprenda, y no me gusta maquillarme así mi hermana insista.
Y como esto del tiempo pasa, y a veces me miro al espejo y digo, Dios, como has envejecido. O veo a los jóvenes (es que ya hablo casi como una abuela) y digo, estos muchachos tan tremendos (ja), o tan tesos, o veo esos que a los 23 ya hicieron todas las cosas que yo no he hecho. O pasa también como hace poco, que el suegro de mi hermana me dice que si tengo 18 años; que al final no se que es peor, si ver a los que están detrás muy jóvenes o tener tanta cara de niña.
Y mi cuñado me dice que porque trabajo a los 25 si estoy muy joven todavía, y yo pienso, ¡claro! ¡Estos europeos!
Y de pronto por esto de los 25, pues para no sentirme tan vieja, ni tan pasada de moda, y de pronto porque me canso de ser niña bonita y buena... O de pronto sin razon alguna, solo porque me da la regalada gana, decidí cortarme el pelo, y teñírmelo de muchos colores, así los colores no estén de moda, o si y que importa. Porque tuve el tiempo, me di el gusto, porque necesitaba un cambio (dicen que cortarse el pelo es un cambio en la vida de algo) porque me dio la gana, y porque finalmente me atreví, después de tantas divagaciones en mi cabeza sobre la vanidad femenina.
Así que este fue el cambio de look.
Fue divertido estar tres horas en un lugar en el que uno se siente atendido, con todo el placer de unos chicos que se divierten haciendo lo que hacen. Sergi el amigo peluquero se divirtió de lo lindo con mi pelo y mis colores, yo solo le dije, en “vos confío”. La Pelu, fue el lugar, la ciudad Barcelona, el personaje, Ana María Vallejo, que por mas que trate de cambiar, siempre será la misma.
Bar El Pastís
Íbamos caminando una noche en la que finalmente no llovía.
Entramos al Bar El Pastís.
Abierto desde 1947, el Pastís, es un bar al estilo francés de la bohemia de antes, y de la de hoy si eso todavía existiese. Dicen que aquí estuvo Picasso y a mi me gusta pensar que es cierto.
Cuando llegamos, pedimos tres mini cervezas, cañas dicen aquí, y nos sentamos a conversar. El lugar no supera los 25 mts cuadrados y tiene su propio estilo en la decoración. Está ubicado en el barrio chino y esta amenazado de cierre por los vecinos, quienes dicen que el bar no les deja dormir.
El show de la noche al ritmo de este francés y este noruego que según contaron se habían encontrado hacía 4 días en Barcelona, que tocando música francesa, Edith Piaf y otros, entretuvieron un rato. Philip, el francés se puso la corbata y la chaqueta (que olía a no haberse lavado en mucho tiempo) y el noruego tomó su guitarra y empezó el concierto acústico, claro, por aquello del ruido y los vecinos.
www.barpastís.com
Entramos al Bar El Pastís.
Abierto desde 1947, el Pastís, es un bar al estilo francés de la bohemia de antes, y de la de hoy si eso todavía existiese. Dicen que aquí estuvo Picasso y a mi me gusta pensar que es cierto.
Cuando llegamos, pedimos tres mini cervezas, cañas dicen aquí, y nos sentamos a conversar. El lugar no supera los 25 mts cuadrados y tiene su propio estilo en la decoración. Está ubicado en el barrio chino y esta amenazado de cierre por los vecinos, quienes dicen que el bar no les deja dormir.
El show de la noche al ritmo de este francés y este noruego que según contaron se habían encontrado hacía 4 días en Barcelona, que tocando música francesa, Edith Piaf y otros, entretuvieron un rato. Philip, el francés se puso la corbata y la chaqueta (que olía a no haberse lavado en mucho tiempo) y el noruego tomó su guitarra y empezó el concierto acústico, claro, por aquello del ruido y los vecinos.
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martes, 1 de julio de 2008
Un año
Hace un año me monté en un avión rumbo a Barcelona, España. Tres días,. No había dormido, pero estaba en Barcelona. Era importante ese viaje, P me había dicho que era suficiente con viajar, que se aprendía mas que otra cosa… seguro tiene razón. Hice un diario, de ese viaje. Estuve viajando cual judío errante caminando por esas grandes ciudades, a veces con mucho calor y tras veces a pesar del verano, con frío.

La libretita negra de Moleskine (en la misma en la que escribía Hemingway – así la venden) hay olor todavía a lavanda (flores moradas que huelen delicioso, y que guarde por cada tres días) Tiene las cuentas de todos los euros que se iban diluyendo entre los hoteles y las comidas, los tiquetes del metro y los tranvías, las entradas a los museos, las etiquetas de las cervezas que me iba tomando, maticas: un pétalo de una flor rosada que ahora es blanca, una matica de olivo de villa Adriano, una flor amarillita, otra azulita, ya desteñidas, pepelitos, un sauce llorón, pedacitos de paredes y piedritas y tierritas europeas… todavía hay recibos de supermercados y tiendas… fue importante, si, porque fue una chimba, y porque de ahí… hasta hoy… tantas cosas…
Un año después, que pasa tan rápido, que no me di cuenta, que pasaron tantas cosas, que fue en un suspiro como dice mi mamá, pero que tantas cosas importantes, terminé la Universidad, terminé una relación, empecé otra, me volví independiente, como dice S, tantas cosas, que hasta ya casi no manejo, monto en mi bicicleta, tengo celular tigo prepago (lo dice medio burlándose) medio salí de mi casa, luego volví, me mudé, lloré, como siempre, otra vez, me deprimí, extraño la universidad, algo de la vida de antes, los agites, aunque ahora me gusten mas los paseos, las aventuras de tardes enteras, me guste un poco mas la lluvia como la que cae ahorita, lo aprendido, lo desaprendido, los riesgos de ser adulta y tomar las riendas, a veces tener tanto miedo de tenerlas, volver a caminar, volver a tener la cámara de fotos en mis manos, y hacer otra vez fotos, sin miedo, sin pereza, tener un blog, varios blogs, escribir de nuevo, ir al cine mas seguido, ver mas pelis, seguir durmiéndome cuando doy play al DVD, volver a leer, varios libros - a veces solo uno, arriesgarme sin saber, controlar todo menos, y seguir controlándolo, abrir los ojos mas, para ver mejor y mas allá, tratar de entender cosas y aun no entenderlas del todo… todo en un año.
Alguien, esos maestros que dejan huella, me decía que la vida no eran años, ni semestres, yo aun no lo aprendo, siguen siendo fechas, recuerdos, días, inicios finales, ciclos, así se repitan y nada cambie. Y si, así no lo aprenda, sigue, la vida corre a cada segundo, y así esté con la cabeza abajo, los pies rendidos, la película sigue rodando y algún día, tendré que seguir, mejor seguirla no pararla, no detenerla… no esperar…
Que si cambié? La vida cambió, yo sigo siendo la misma, la de siempre, la que no puedo cambiar, porque al final uno es de donde nace, como ha crecido, como va pensando. Si, muchas cosas se van agregando, como capitas de tierra que van llegando y uno al final es tantas cosas, que no se pueden reducir a nada.
Que recuerdo? Miles de fotos, unos días fantásticos con mi hermana, tardes en silencio, tardes de risa, los mapas de la ciudades, nuevos olores, nuevos sabores, expectativas cumplidas, otras decepciones, nuevos descubrimientos, de cosas que llevan ahí puestas cientos de años, sorprenderme y volver a pensar en mi. Muchas tardes pensando en que quería, quien era. Todavia, un año después sigo en lo mismo. Unas capitas mas, mas sonrisas, mas llantos.
P, fue importante porque así hablemos todos los días, y a veces parece que estamos al otro lado de la pared, un oceano está de por medio y fue realmente estar juntas, conversar sobre la vida, estar en silencio, conocer-nos, después de esos años a distancia, aprendiendo por nuestra cuenta, compartirnos, así siempre seas Paula, y yo Anita, así yo a veces parezca la hermana mayor, pero tu sigas siéndolo, para entender que aguas han corrido por estos puentes, llorar por el inicio, por el final, no reconocernos y luego volvernos a ver.
A veces las cosas son el inicio de muchas cosas bonitas, cosas que le pasan a uno, que uno a veces sospecha que van a pasar, de pronto son capas de tierritas que uno se le van quedando y hacen que uno siga adelante. Otras tantas tristes, porque las alegrías no llegan solas, siempre son dos caras de una misma moneda. Ciclos, que no se acaban que continúan, que siguen rodando. Sobre todo, recuerdos, así uno también olvide tantas cosas…

Y la vida sigue, nuevas aventuras, nuevas decisiones, nuevas aguas debajo del puente, sobre todo mas vida (a pesar de que a veces esa vida duela tanto y me cueste seguir)

La libretita negra de Moleskine (en la misma en la que escribía Hemingway – así la venden) hay olor todavía a lavanda (flores moradas que huelen delicioso, y que guarde por cada tres días) Tiene las cuentas de todos los euros que se iban diluyendo entre los hoteles y las comidas, los tiquetes del metro y los tranvías, las entradas a los museos, las etiquetas de las cervezas que me iba tomando, maticas: un pétalo de una flor rosada que ahora es blanca, una matica de olivo de villa Adriano, una flor amarillita, otra azulita, ya desteñidas, pepelitos, un sauce llorón, pedacitos de paredes y piedritas y tierritas europeas… todavía hay recibos de supermercados y tiendas… fue importante, si, porque fue una chimba, y porque de ahí… hasta hoy… tantas cosas…
Un año después, que pasa tan rápido, que no me di cuenta, que pasaron tantas cosas, que fue en un suspiro como dice mi mamá, pero que tantas cosas importantes, terminé la Universidad, terminé una relación, empecé otra, me volví independiente, como dice S, tantas cosas, que hasta ya casi no manejo, monto en mi bicicleta, tengo celular tigo prepago (lo dice medio burlándose) medio salí de mi casa, luego volví, me mudé, lloré, como siempre, otra vez, me deprimí, extraño la universidad, algo de la vida de antes, los agites, aunque ahora me gusten mas los paseos, las aventuras de tardes enteras, me guste un poco mas la lluvia como la que cae ahorita, lo aprendido, lo desaprendido, los riesgos de ser adulta y tomar las riendas, a veces tener tanto miedo de tenerlas, volver a caminar, volver a tener la cámara de fotos en mis manos, y hacer otra vez fotos, sin miedo, sin pereza, tener un blog, varios blogs, escribir de nuevo, ir al cine mas seguido, ver mas pelis, seguir durmiéndome cuando doy play al DVD, volver a leer, varios libros - a veces solo uno, arriesgarme sin saber, controlar todo menos, y seguir controlándolo, abrir los ojos mas, para ver mejor y mas allá, tratar de entender cosas y aun no entenderlas del todo… todo en un año.
Alguien, esos maestros que dejan huella, me decía que la vida no eran años, ni semestres, yo aun no lo aprendo, siguen siendo fechas, recuerdos, días, inicios finales, ciclos, así se repitan y nada cambie. Y si, así no lo aprenda, sigue, la vida corre a cada segundo, y así esté con la cabeza abajo, los pies rendidos, la película sigue rodando y algún día, tendré que seguir, mejor seguirla no pararla, no detenerla… no esperar…
Que si cambié? La vida cambió, yo sigo siendo la misma, la de siempre, la que no puedo cambiar, porque al final uno es de donde nace, como ha crecido, como va pensando. Si, muchas cosas se van agregando, como capitas de tierra que van llegando y uno al final es tantas cosas, que no se pueden reducir a nada.
Que recuerdo? Miles de fotos, unos días fantásticos con mi hermana, tardes en silencio, tardes de risa, los mapas de la ciudades, nuevos olores, nuevos sabores, expectativas cumplidas, otras decepciones, nuevos descubrimientos, de cosas que llevan ahí puestas cientos de años, sorprenderme y volver a pensar en mi. Muchas tardes pensando en que quería, quien era. Todavia, un año después sigo en lo mismo. Unas capitas mas, mas sonrisas, mas llantos.
P, fue importante porque así hablemos todos los días, y a veces parece que estamos al otro lado de la pared, un oceano está de por medio y fue realmente estar juntas, conversar sobre la vida, estar en silencio, conocer-nos, después de esos años a distancia, aprendiendo por nuestra cuenta, compartirnos, así siempre seas Paula, y yo Anita, así yo a veces parezca la hermana mayor, pero tu sigas siéndolo, para entender que aguas han corrido por estos puentes, llorar por el inicio, por el final, no reconocernos y luego volvernos a ver.
A veces las cosas son el inicio de muchas cosas bonitas, cosas que le pasan a uno, que uno a veces sospecha que van a pasar, de pronto son capas de tierritas que uno se le van quedando y hacen que uno siga adelante. Otras tantas tristes, porque las alegrías no llegan solas, siempre son dos caras de una misma moneda. Ciclos, que no se acaban que continúan, que siguen rodando. Sobre todo, recuerdos, así uno también olvide tantas cosas…

Y la vida sigue, nuevas aventuras, nuevas decisiones, nuevas aguas debajo del puente, sobre todo mas vida (a pesar de que a veces esa vida duela tanto y me cueste seguir)
viernes, 7 de septiembre de 2007
Apartes, del inicio y algunas opiniones del continente europeo
Pero todo empezó cuando me monte en el avión, en el que no dormí en ninguno de los dos trayectos por nervios a pesar de no haber dormido desde hacia casi dos noches. Es decir, no dormí en casi tres días antes de llegar, mas el desfase horario… pero a mi los nervios y la ansiedad (sentimiento gran compañero) no me dejaban cerrar el ojo, Y miraba por la ventana y no veía sino nubes y siga viendo nubes. Cuando luego de dormir unos cuantos minutos (si porque cuerpo finalmente estaba cansado y venció al compañero sentimiento) me asome por la ventana y vi la península ibérica. Amanecía ya, y yo volaba sobre la península ibérica! La madre patria! Después de la larga espera en Madrid, y la ya luego llegada a Barcelona, el encuentro esperado, ahí por fin después de tanto planear, de tanto soñar. Si ahí estaba Paula esperándome para tomar el tren para su casa en el barrio de gracia. Ya no me acuerdo si el tren, ese mismo nos llevo directo, entre tal cosa y la otra se me fue el tiempo… veía la gente, las calles, lo que se alcanza a ver desde el tren hasta que se profundi
za en lo subterráneo de Barcelona. Y que les digo yo, nos bajamos de ese tren y vuelvo al nivel uno de la ciudad y me encuentro en primer plano la casa Batló de Gaudi, así en primer plano. Y el piso, de las aceras de esa calle, la que lleva hasta la casa de Paula en la riera san miquel (la calle se llama paseo de gracia, el barrio gracia, la casa de Paula riera san miquel), ese piso es de flores grabadas.. y luego la pedrera (otra casa de gaudi). O sea uno va caminando por la calle y ups, ahí están, como nunca te las has imaginado un par de casas que un señor muy loco se le ocurrió hacer a punta de piedra, con churruscos y azulejos… un señor que es Gaudí. Si Barcelona es la ciudad Gaudí, la ciudad del modernismo, la ciudad en la que se respira arquitectura. Una ciudad del tamaño de Medellín, solo que sin comunas… () con unas montañitas detrás (en la europa que conocí, las montañas no son como las de aquí, grandes y difíciles de traspasar… allí son colinitas) y al otro lado, el mar. Asi es Barcelona, una ciudad en la que hay mucho turismo (que quede claro, esto lo voy a decir muchas veces, porque siempre fui turista, claro, parte de la masa pasajera de gente de una ciudad durante el verano) pero sobre todo una ciudad que uno siente que la gente siempre está de paso. Una ciudad llena de jóvenes, y claro viejitos catalanes que comen pescaditos fritos y toman cava.. o bailan en la plaza de la catedral al ritmo de los boleristas.
Es que así como uno va caminando por la calle en Medellín y te encuentras el parque de la luz, el pasaje Carabobo, el parque Berrio y el edificio Coltejer (grandes obras maestras…) allí uno se encuentra, o sea casi que se cae porque le hacen zancadallia, todo tipo de monumentos, que la ruina
, que la calle donde pinto tal pintor, que el museo con la mejor colección de arte (de cualquier mundo) porque la diferencia entre esta tierra americana y la tierra europea, es que la tierra americana no está ganchada (lease: usada y ya casi sin ser usable) y la europea si, y mucho. Que las tierras americanas, y particularmente la mía, la colombiana solo la pisan en el 90% colombianos hijos de blancos, indígenas y negros, pero colombianos casi todos. Y allí en las europeas, los pies que las pisan, son de todo el mundo –africanos, asiáticos (llena de turistas japoneses) latinos y europeos de todo Europa, (ahh y gringos tontos que van mochiliando en el euro rail) porque Europa es una (1). Europa, uno sentiría que es un territorio (pequeño el) donde la diversidad cultural existe (ahh que no le vayas a decir a un catalán que es español… o a un francés que parece alemán, o a un italiano del sur que es igual a los del norte, ah no!) pero donde todos tienen los mismo derechos. Y donde ya la mezcla racial es mayor que en cualquier parte… si ellos nos colonizaron, ahora nosotros vamos y nos mezclamos con ellos. La arabo-fobia pareciera que no existiera y fuera solo un mito (quien dice que no lo es) porque los árabes están en todas partes, y como en Alemania, uno puede ver que no son comunidades marginadas. En fin, la tierra prometida: Europa


Es que así como uno va caminando por la calle en Medellín y te encuentras el parque de la luz, el pasaje Carabobo, el parque Berrio y el edificio Coltejer (grandes obras maestras…) allí uno se encuentra, o sea casi que se cae porque le hacen zancadallia, todo tipo de monumentos, que la ruina



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