Solo pensamientos, historias por escribir para que luego no las olvide. O solo para sacarlas de la cabeza...

domingo, 8 de marzo de 2009

Cartas del miedo. Medidas seguras. Noticias prudentes.

Me da pánico volver a oir historias tenebrosas sobre los barrios de Medellín. Me da pánico el miedo. Y por eso hablo, digo, cuento, hago comentarios. Creo que en esta ciudad, en este país, queremos tapar el sol con el dedo. Hay que decir que pasa y que no. No podemos permitir que lo oficial, que el estado diga que todo esta bien, si todavía matan en los barrios. Si todavía atracan en la esquina al lado del metro. Es que la excusa es que la tasa de homicidios ha bajado en no se que por ciento. Es que no debería haber homicidios. Y bueno, diremos con lo poco ingenuos que podemos ser, que hasta en las ciudades mas seguras los hay. Pero eso no me va a callar.
Nena es mi mamá. Ella vive en Pajarito, arriba de Robledo, al lado de la Aurora, cerca al Metrocable. Desde hace 20 dias, los sábados sube a su casa en un bus que esta escoltado por policías. Ella se fue a vivir a allá, porque era un barrio sano. Dice que del Metrocable a su casa, atracan y matan.

Rosita hace aseo en mi oficina. Yo la conozco desde que tengo 5 años, y conozco sus hijos, ahora adolescentes, incluso he bailado con ellos. Me acuerdo que hace 7 años para que Nena fuera a su casa en Santo Domingo Savio había que pedir permiso. Por allá no había entradero, como en tantos otros barrios de Medellín. Había toque de queda. Hace 8 días me contó preocupada que habían puesto toque de queda. (Otra vez) Ella teme por sus hijos, porque ella SI sabe cómo fue eso antes. Pero no habla mucho, porque tiene miedo. Que a las 8 de la noche, muchacho que esté en la calle, tiene que tener un fierro en la mano. Si. Allá en Santo Domingo, a donde vamos a turistiar, ver la biblioteca bonita, y el parquecito que oculta la pobreza del barrio. Por lo menos existe el Metrocable, para que nosotros, los del Poblado, los de Laureles, los de eEnvigado, los que crecimos con todas las posibilidades, estudiamos en las mejores universidades, tenemos puestos fantásticos en grandes o pequeñas corporaciones, veamos por lo menos como viven mas de la mitad de la gente en nuestra ciudad, así sea solo como viendo a través de una vitrina, la vitrina del Metro.

Rosita me dijo ayer, que su hijo le dijo que no iba a dejar de jugar futbol por la noche. Que si a el lo iban a matar, lo mataban en la calle o en la casa. Que daba igual. Creo que es una generación diferente. Tengo fe en eso. Luego me contó ella y el “Quibo” que el barrio estaba siendo intervenido por la alcaldía. Que el secretario de gobierno iba a tener la oficina allá el fin de semana. Que el viernes 6 de marzo a las 2pm iba a haber una marcha (de la cual no tuve mayores noticias) para pedir el respeto a la vida.

En esos mismos días tocaron la puerta en mi oficina en el barrio el velódromo para hablar de la seguridad.

Al mismo tiempo las historias de los volantes, los panfletos que me hacen recordar que en este pais nada cambia. Me hacen recordar la “Mala Hora” del Nobel colombiano. También llegó la medida del parrillero hombre, y luego escuche de un amigo a que a su mamá la habían atracado en una moto, un hombre y una mujer, y recordé que en los años 80 y 90, cuando en Medellín un contaba las bombas por la noche, el dicho era que si las motos tenían casco, eran sicarios. Y que bueno, una medida parecida se aplicó.

Belén entero está volantiado.

Ayer a las 11 de la mañana vine a mi casa a desayunar. Nena, mi mamá, me dijo que hacía 10 minutos la habían llamado de su casa a contarle que ahí abajo, 10 casas más abajo en el parqueadero, habían matado un muchacho dentro del bus. (EN Pajarito, se acuerdan por donde subía uno para acortar camino a Santa Fe de Antioquia?) Ahí mismo. A mi que no me digan que no está pasando nada.

Y así un montón de historias. Luego entra el tema del BID. Hoy oí, que es la cumbre más importante económicamente hablando en Latinoamérica. Señores muy importantes vienen. Señores que yo sé que al final no aportan nada a mi vida, y quién sabe si a la vida de la gente común y corriente de esta ciudad. Porque lo que pasa en la política, en la economía, es allá arriba. Allá están las leyes y las teorías, y allá abajo, lejos, lejos, la vida real.

Pienso, que a los volantes hay que ignorarlos, pero que uno no puede descaradamente pedirle a las personas que no han olvidado los toques de queda, las balaceras de noches enteras, los hijos muertos, que ignoren los volantes que juegan con su miedo. Solo publico esto, hago este hilo en FACEBOOK, en mi blog, lo sumo a la pequeña cadena de comentarios, para que no estemos en silencio. Porque sabemos más en la calle, en el rumor callejero, en el corredor, que allá en la Alcaldía, donde hay que ser prudentes, oficiales.

Es que la niña que lo atiende en hasta las 10 de la noche en un almacén en el Tesoro tiene que llegar a su barrio después de las 10. Ese barrio queda muy lejos, muy arriba. Es que la secretaria de su oficina, puede que viva allá. Es que el portero de su unidad, ese pelao creció entre las balas de un barrio, o ese papá tiene hijos muertos en esta guerra de pandillas, plazas y paracos. Que la señora que hace el aseo baja hasta la “ciudad” con miedo. Otra vez con miedo. Que su compañero de la universidad, que vive en el Centro, o en Manrique, que el novio, que el amigo. Que el compañero de la oficina. Muchos, la mayoría han sido amenazados.

En la alcaldía de Sergio Fajardo hicieron un video, “Medellin del miedo a la esperanza” Sólo han pasado 4 años y de nuevo hay miedo? Que esperanza tan débil. ¿Era sólo un video? ¿Una imagen? ¿Donde está la realidad? ¿Qué estaba pasando todo el tiempo?
Hablemos, es que en nuestros barrios también hay cosas malucas ya, no? ¿De cuantos atracos sabes? ¿Cuántos carros están robando? ¿Cuantas casas? ¿Cuantos vecinos raros tenés? ¿Cuántos carros visajosos haz visto por ahí? ¿Cuantos mas muertos vamos a contar? Y no te parece que los retenes todos los días, a todas horas es un poco paranoico? Que nos traten a todos como sospechosos? No dejemos llenarnos de miedo. Hablemos, aprovechemos el facebook, las redes virtuales, las cadenas de correo, para decir que cosas están pasando en la casa de uno, en la ciudad de uno. En esta que yo no dejo, porque es mi ciudad.

Seguiremos contando que pasa en esta, la ciudad del miedo. ¿Vamos a dejar que a esta generación se nos siga repitiendo la historia? ¿Como si no la supiéramos de memoria por repetición y mnemotecnia?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente escrito, me deja casi sin palabras...

Ya mismo la enlazo a mi blog.

Saludos.