Solo pensamientos, historias por escribir para que luego no las olvide. O solo para sacarlas de la cabeza...

martes, 24 de marzo de 2009

Felicidad

Había materas por montones, animalitos caminando por el piso, el cielo estaba tan blanco que parecía que no existiera y estaba dormida soñando con los príncipes azules y los sapos de los cuentos de hadas. Las matitas había que regarlas, echarles aguita, agua lluvia recogida en cada día de lluvia, y hablarles, y decirles mis sueños. Había una chimenea para que los sueños malos, para ver el fuego encender y llenar de calor. El techo era transparente para ver la luna llena y el baño era al aire libre para bañarse con el sol. Al frente estaban todas las montañas verdes, los cielos grises, los árboles de colores, mas atrás no se ve mucho pero seguro están las montañas una tras otra inacabables, llenas de árboles y animales seguro fantásticos. Todas las mañanas el príncipe de mis sueños se despierta a mi lado, me da muchos besos, me calienta el chocolate, me abras las ventanas para que entre lo fresco de cada día, el zumbido de las abejas. Mi príncipe azul me abraza otra vez porque no quiero despertar de mis sueños, me dice cosas bonitas al oído, cositas dulces, cositas suaves. Podría desde la casa brincar hasta el mundo y sobrevolar las montañas y ver debajo todo lo que hacen los otro, porque yo estoy aquí arriba soñando entre la casa que están en el aire, arriba de las montañas, debajo de cielo, mas cerquita de la luna y de las nubes que se mueven rápidamente trayendo y llevando las tormentas, ocultando y dejando ver el sol. Es suavecito estar aquí con mi príncipe azul, quisiera no tener salir de estos sueños verdes calientitos y agradables.

1 comentario:

arol dijo...

Me gustó la frase "el cielo estaba tan blanco que parecía que no existiera" y quedé pensando un cielo tan cielo que no existe.
saludos
arol