Solo pensamientos, historias por escribir para que luego no las olvide. O solo para sacarlas de la cabeza...

miércoles, 3 de junio de 2009

Insomnio


Tengo una sensación de estarme obligando a permanecer dormida. Hago fuerza con los ojos, como quien no quiere abrirlos y busco el aire de la ventana porque hace un calor infernal. Cualquier cosa que este soñando suena a reggae, y a vigilia del sueño no cumplida a satisfacción. Decido abrir los ojos, y un zancudo zumba mis oídos. Recuerdo que el calor y la ventana abierta, y otra vez el calor de días sin lluvia alborotan los zancudos que me han picado, o por lo menos me rasca todo. Trato de matar cada zancudo pero termino dándome golpes inútiles, y por fin decido prender la luz. Afuera hay una luz prendida. Voy al baño. Este es el inicio de una noche en vela, una madrugada despierta y seguro un día con mucho mas sueño. ¿A donde te fuiste señor sueño? ¿Si todo el día estuviste conmigo amenazando la tarde, el día y los inicios de la noche? Canela se asusta, y cuando le digo que no pasa nada, sigue durmiendo, igual en una media hora empezará su rutina. Empezar a ladrar para que alguien la deje bajar. Y así no podre seguir durmiendo porque igual tengo clase a las 8, y no, no, que sueño tendré en clase. Los zancudos se han escondido y ahora no puedo matar ninguno, con el placer y el asco que da matar zancudos. Gordos y llenos de sangre, torpes por tanto comida nocturna. Pero se han ido. Sabía que si me levantaba iba a estar lista y atenta. He perdido mi batalla nocturna, con los zancudos y el sueño. Afuera ya casi sonaran los pájaros, el primer bus de la madrugada, a veces la moto que reparte el periódico. Como justo en este instante.

Uno la reconoce después de años de varios insomnios, en los que uno agudiza el oído, y ya sabe que una moto que para y arranca, es el periódico, o yo creo, y ojalá y no un pillo trasnochador. Me pica la nariz porque olvide la pastilla de la alergia, pero la he dejado de tomar porque estoy mucho mejor. Ya se fue el de la moto y de pronto a las 4:22 am todavía no haya sido el periódico. Luego el silencio de la noche, que suena mucho a silencio, como el ruido en un parlante mudo, o la corriente eléctrica en el aire. Pronto, en unos minutos, se escucharan las mamás levantando hijos para el colegio, pronto, pero quien sabe si todavía este despierta.

La verdad tengo mucho sueño, pero no puedo dormir. Ya fui al baño, ya volvi, ya me quite las cobijas, hasta las piernas, hasta el pecho, cubriéndome toda, pero el zancudo estaba adentro conmigo, y decidí abortar el plan. Mejor escribo. Porque ni internet hay. Mejor así. Buenos días señores.

Y ahora que dejo de escribir, el control del televisor está perdido. Y ahora solo Ray bradbury podrá salvarme. O el dios del sueño, con la maldición de tener que despertar en menos de una hora.

2 comentarios:

Jorge Montoya dijo...

Ay, como es de aburridor cuando llega el insomnio sin que uno lo convoque. Yo suelo ser insomne por convicción, porque me gusta la noche y todo lo que suena en el fondo, que es poco, pero tan nítido. :)

Ana Maria Vallejo dijo...

Y a mi que me gusta madrugar a veces porque rinde mucho el trabajo. Por lo menos luego pude ver un amanecer amarillo y tener un día movido desde el inicio.