Solo pensamientos, historias por escribir para que luego no las olvide. O solo para sacarlas de la cabeza...

domingo, 27 de diciembre de 2009

Pensarse/me

Los dias navideños no me gustan sobre todo porque me pongo melancólica y nostálgica. Porque me da la pensadera, porque me da mas tristeza, mas mal genio, porque lloro con facilidad, porque me hace mas falta. Por eso me gusta pasar los dias navideños como si no lo fueran aunque a veces es dificil.

No me gusta disculparme por lo que soy. No me gusta dar explicaciones de porque hago una cosa u otra, porque cuando necesito explicarlo siento que necesito que alguien crea en mis palabras y entonces yo pueda creer en ellas. (Eso es como mirarme al espejo y explicarme la existencia todos los dias. Insoportable) Y pues me pasa al revés, no doy explicaciones y ya creo desde antes en lo que hago. Cuando estaba en el colegio y me tocó pensar que estudiar entré en profunda angustia. No tenía ni idea. (Y pesaba sobre mi el ejemplo vocacional de dos hermanos mayores) Ya había desechado gran parte de las profesiones... ni iba a ser abogada ni médica, ni ingeniera porque las matemáticas y yo no la íbamos bien y por esos años odiaba a todos los ingenieros por defecto. Quedaban carreras o muy típicas o terriblemente atipicas. Me fui por Negocios Internacionales que era típica y de moda. Me acuerdo que las vacaciones antes de entrar a la universidad lloré a mares. Me acuerdo que esa semana santa que pasé en Bogota en un festival de teatro tuve pänico de volver a la universidad. Me acuerdo que me aburrían las clases, que odiaba el cálculo, que me iba demasiado bien para ser divertido. (en todo menos en cálculo). Me acuerdo que tenía muchas dudas y que lo único que me entusiasmaba eran mis clases de cerámica, fotografía y pintura. Así que por supuesto no duré mas ahi, y dejando el miedo al lado, y los prejucios de los que quiero, y enfrentando a la familia, me presenté a la Nacional a Artes Plasticas. Estaba tan segura, y tan obsesionada, que no se me pasó por la cabeza presentarme en otro lado. Ni en Bogotá que habia sido mi sueño colegial. (Y como ahora, presenté excusas, razones y motivos, todos para justificar lo que quería hacer) (Menos mal!)

Esta semana le decía a mi hermana que cuando me presenté a artes y le conté a todos, (recuerdo como si fuera ayer), ella me dijo que yo era demasiado inteligente para estudiar artes. Mi hermano me dijo con tristeza y dejo en su voz que ser artista era muy difícil y que el por experiencia no lo recomendaba. Mi papá que tenía toda su fe en mi para manejar el negocio familiar, dejó de hablarme dos semanas y luego me dijo: los artistas se pueden desempeñar haciendo muchas cosas, y esa carrera yo no la pago en esa universidad. (preocupado sobre todo por lo primero, todos sus hijos artistas y pobres) Tan de buenas yo que entro becada y la amenaza de mi papá quedó tapada en lo orgulloso que se sintió después. Mi mamá siempre mantuvo la prudencia y de mi hermanito menor no me acuerdo. Total así iba siendo mi camino por la "rebeldia".

Mi papá (que no tuve la fortuna de compartir con el todos mis logros) cada vez que llegaba de clase me preguntaba que había aprendido, que si ya había tirado piedras y si ya sabía hacer las papabombas. Luego lo pillé por ahi contándole hinchado de orgullo a sus amigos, que yo me había "rebelado" y era de las mejores de la universidad. (exageraciones de padre)

Yo quisiera que los que no entienden lo que hago hoy, lo entiendan. Yo quisiera que aceptaran que ahora no quiero ser artista de salón, galería y concurso. Que aunque respeto mucho y admiro a esos artistas, yo hace tiempo me deje de ver ahí. Que me cansé de tratar de ver un mundo de una manera y de expresarlo y que nadie me escuchara. Que me cansé de esos esfuerzos tan enormes (en la academia donde se sufre menos) por hacer cosas que al final solo me importaban a mi. Pequeñas luchas en reflexiones vanas, íntimas, propias. Que nadie entendía, que nadie iba a comprar esas ideas, o peor aun, nadie las iba a recordar (solo yo con la tristeza de un gran esfuerzo "perdido"), que tendría que ser de una manera, y hacer ciertas cosas, para las que yo desde hace años no sirvo, círculos en los que prefiero estar solo de lejos, y donde seguro yo iba a ser un brillo siempre opacado, por personas que eran mas brillantes hablando, sonriendo y bailando.

Uno siempre sabe donde se está mejor. Solo uno lo sabe. Es como cuando iba a una fiesta de 15, una despues de otra, creyendo que en la siguiente me iba a sentir mejor, o mas bien, menos horrible. Algo asi, que nunca pasó. Uno termina por aceptar que eso no es lo de uno. Y se acaba el problema. (y la epoca)

El entusiasmo se fue yendo por otro lugar. Y aunque hay cosas todavía que me emocionan demasiado, como me dijo alguna vez un amigo, esas emociones y necesidades esteticas que le hacen a uno latir el corazón y estripar el estómago todavía rondan esta cabeza. Encontré en el camino, otra forma de vivirlos.

Lo que no quiero es justificar un oficio. Lo que hago hoy, desde hace mas de dos años, un camino que encontré en la universidad estudiando artes, porque como mi papá me lo dijo, uno como artista puede hacer muchas cosas. Y eso siempre lo supe: ser artista es tener una posicion ventajosa (aunque eso luego de mas problemas en otros sentidos) tan ventajosa que esa carrera o vocación es como el borde para caer al abismo de muchas maneras.

No entiendo porque un abogado que termina administrando una empresa, o un guitarrista que termina produciendo discos frente a un PC, o un ingeniero que termina escribiendo ciencia ficcion, o un cura que termina siendo papá y esposo pueden cambiar de oficio y yo, que lo hago, soy "observada".

Mi mamá decía que iba a tener una hija artista que no pintaba. Y ahora le va tocar decir que tendrá una hija "cineasta" que no hace cine. Y seguirán diciendo que yo hago muchas cosas, seguro se enredarán definiendo el oficio, lo que hago.

Cuando pasen los años, y yo me devuelva a esto que escribo mucha agua habrá corrido y muchas desviaciones se habrán tomado. Lo que quiero decir es que la vida es como un rio, de aguas turbias y claras, calmas y fuertes, dulces hasta saladas. Que yo se que mi papá siempre nos dijo que el sólo podia hacer lo que sabía hacer, y que un vendedor de teléfonos no podia ponerse a vender mangos. Que eso no resultaba. Pero es diferente. Yo por eso no vendo cosas. Mas bien transmito ideas.

Digamos que no dejo de ser artista por lo que hago. A propósito de Joseph Beuys, que el arte puede venir de cualquier parte. Y haciendo cualquier cosa.

Digamos que sigo por el camino de la "rebeldía" será que no me gusta ir por un solo camino, que me gusta que los nuevos caminos me sorprendan. Dirán que me falta carácter, dirán que he perdido el rumbo, dirán muchas cosas. Pero si uno toma un camino deja de ver otro paisaje, pero disfruta el que esta viendo.

Hoy me gusta que mis ideas tengan una construcción colectiva, que puedan ser contadas y que la gente las pueda entender, que mi visión del mundo pueda ser cambiada por un lugar que conocí, y que a veces mi nombre este diluído en medio de lo que se ve en una pantalla y de lo que dicen otras personas. Me gusta ya no tanto hablar de lo que yo pienso y sueño (tengo otras herramientas para eso), sino poder oscuchar lo que otros sueñan y piensan. Me gusta poder ser un medio, como esas membranas celulares que dejan pasar fluidos de un lado a otro. Me gusta no hablar en primera persona, me gusta tener que construir ideas, me gusta poder diseñar mundos y maneras, me gusta que en la televisión y en lo audiovisual, como hace tiempos con el arte, aprendo y conozco muchas cosas, que el conocimiento, pasa por mis manos y ojos y se transforma.

No me gusta tener que explicar una cosa que hago naturalmente con tanta energía. Pero a veces hay que escribirlas o decirlas. Como venga mas fácil y con menos drama.

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