Solo pensamientos, historias por escribir para que luego no las olvide. O solo para sacarlas de la cabeza...

jueves, 4 de septiembre de 2008

Del acordarse y olvidarse

Es hora de volver a la tierra, es hora de sentirse vivo, es hora de volver a mi.
En este asunto de esta vida política tan complicada como la que se vive en este país, en donde el presidente llora a un narco, o le piden arresto domiciliario en la propia casa presidencial, o peor aun, donde extraditan a los paracos que llevan matando medio país por mas de treinta años, pues, me empecé a leer un libro, de Alfredo Molano, el mismo que lo demandaron por sus opiniones de los notables Araujos de Cartagena y Valledupar, opiniones que tal como los rumores que son mas efectivos que las ordenes judiciales tendrán algo de verdad y son además las tapas de muchas ollas podridas.

“Desterrados: crónicas del desarraigo” es sobre todo de las propias palabras de los colombianos, las historias de las injusticias, de esas mismas que el estado ha mantenido impunes, de las mismas en las que el estado ha sido participe por acción u omisión. Pero sobre todo, de personas que no han podido estarse en el lugar al que pertenecen, personas que no entierran a sus muertos, y que esos duelos, están atravesados por mas dolor y violencia que cualquier otro. Son historias mas allá del proceso de justicia y paz, mas allá del perdón y olvido.

Porque como se pueden olvidar estas historias, como se puede olvidar la sangre y las lágrimas de tantos colombianos.

Pero es que en este país las vidas se construyen sobre el olvido. O de pronto, el mundo que el hombre ha construido para si mismo es tan absurdo que solo se puede olvidarlo todo el tiempo. Llenamos nuestras vidas de olvido, lleno mi cabeza de olvidos, para evitarme todo el dolor, para empezar de cero, para hacer borrón y cuenta nueva.

Y el problema, no importa el lugar en el que este radicado, siempre será el mismo. La memoria, la propia, la histórica, la de la violencia nunca es exacta. Hay además varias versiones, porque la memoria esta llena de emociones, y en esa medida, no puede ser una ciencia exacta. Pero existen y esos hechos y momentos existieron porque hay gente que habla de ellos, porque hay gente que los llora, o se alegra al recordarlos. Uno hace ese ejercicio con su propia vida todo el tiempo.

Ahora estoy olvidando mas que antes, o por lo menos me doy cuenta mas de todo lo que he olvidado. Pero también recuerdo muchas cosas, supongo que eso debe ser una balanza.

Nos han enseñado a ignorar los hechos, a no pararle bolas a las cosas, y así crecemos, nos repetimos, nos olvidamos de lo que hemos aprendido, de lo que hemos ganado y lo que hemos perdido en estas batallas. Pasan los días y con sus afanes olvidamos todas las cosas que hacemos y las que dejamos de hacer, pero sobre todo olvidamos las razones por las cuales las hicimos o no, y eso podría ser mas importante.

En esta vida de recuerdos me acuerdo que yo era una, ahora me veo, siendo la misma, me invade el miedo a estarme repitiendo y me calmo la voz diciendome que repetirse no es lo malo, lo malo es no acordarse. Me da susto que la vida sencilla que quiero solo sea miedo a crecer de una vez por todas.

2 comentarios:

Carlos Mario Tobón dijo...

"Es hora de volver a la tierra, es hora de sentirse vivo, es hora de volver a mi" totalmente aplicable a mi situación actual; de política, más bien pocón.

Ana Maria Vallejo dijo...

Si de politica puede que poco, pero la verdad todo al final es político.
La memoria es un ejercicio íntimo, social y político.