Tomamos un Jeep en alquiler y el destino era el otro extremo de la isla: Un parque nacional y natural, Arikok. Con el acelerador hundido y mientras la isla votaba intensa y alegremente por otro presidente, vimos cavernas, nidos de tortugas, cangrejos hermitaños, pájaros, lagartijas de todos los verdes, formaciones rocosas, mares furiosos, mares calmados, arubanos descansando y disfrutando de una tarde libre por elecciones. Un bonito día en familia, sonriendo, disfrutanto a mi manera y a las maneras de un camino que siempre es incierto a pesar de los mapas y los planes, siempre se en el camino hay un giro indebido, una sorpresa, una piedra, un nuevo horizonte. Nuevos horizontes pero sobre todo nuevos ojos para mirarlos.
Solo pensamientos, historias por escribir para que luego no las olvide. O solo para sacarlas de la cabeza...
domingo, 27 de septiembre de 2009
Otros días, Aruba
Estar en el paraíso es darse cuenta que este no existe tal cual lo venden en las vallas al lado del camino. Una bicicleta señoritera verde lagartija arubana me lleva por las calles, entre los carros, bajo los 35 grados de un sol intenso que me deja la piel como camaron cruzado con cebra. La señoritera me lleva en la primera parada hasta un hotel abandonado, el hotel seguro, el primero en vender el paraíso, el primero en ofrecer “Su casa en Aruba”, y quien sabe como fue su final, quien sabe por donde se dañó el espejismo de un oasis contruído al lado de la ciudad. La señoritera me lleva luego caminos adentro de la isla, donde la gente al verme pasar, me saluda, me pita, se observa quien sabe si por romper las normas del turista promedio o solo preocupados de una señorita sola en una señoritera al borde de la deshidratación en medio de la isla. Las ganas, me duraron hasta verme sin rumbo y con mucho calor en medio de la nada, cuando decidí devolverme a buscar la paradisiaca isla con el viento en la cara mientras dormía una siesta. No hay infierno suficiente ni paraiso innecesario. Por el camino me tome un jugo de mango, batido con leche y mucho hielo, pasee por las casas, me asome por las puertas y vi a la gente de esta isla. La otra isla que el turista no conoce, porque al norte, en la zona de los “High Rise Hotels” es como un Miami chiquito, los turistas no necesitan nada de la ciudad ni del resto de la isla. No es su culpa, nada como estar en casa pero sin los problemas de siempre.
Tomamos un Jeep en alquiler y el destino era el otro extremo de la isla: Un parque nacional y natural, Arikok. Con el acelerador hundido y mientras la isla votaba intensa y alegremente por otro presidente, vimos cavernas, nidos de tortugas, cangrejos hermitaños, pájaros, lagartijas de todos los verdes, formaciones rocosas, mares furiosos, mares calmados, arubanos descansando y disfrutando de una tarde libre por elecciones. Un bonito día en familia, sonriendo, disfrutanto a mi manera y a las maneras de un camino que siempre es incierto a pesar de los mapas y los planes, siempre se en el camino hay un giro indebido, una sorpresa, una piedra, un nuevo horizonte. Nuevos horizontes pero sobre todo nuevos ojos para mirarlos.
Tomamos un Jeep en alquiler y el destino era el otro extremo de la isla: Un parque nacional y natural, Arikok. Con el acelerador hundido y mientras la isla votaba intensa y alegremente por otro presidente, vimos cavernas, nidos de tortugas, cangrejos hermitaños, pájaros, lagartijas de todos los verdes, formaciones rocosas, mares furiosos, mares calmados, arubanos descansando y disfrutando de una tarde libre por elecciones. Un bonito día en familia, sonriendo, disfrutanto a mi manera y a las maneras de un camino que siempre es incierto a pesar de los mapas y los planes, siempre se en el camino hay un giro indebido, una sorpresa, una piedra, un nuevo horizonte. Nuevos horizontes pero sobre todo nuevos ojos para mirarlos.
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1 comentario:
es muy lindo aruba, recuerdo mucho mis vacaciones allí, ahora cada vez que desde los monitores lcd que tengo de la tele en casa veo paisajes asi me hace acordar. amo la playa, si pudiera viajaría todos los años
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