Solo pensamientos, historias por escribir para que luego no las olvide. O solo para sacarlas de la cabeza...

miércoles, 20 de enero de 2010

Verano

El verano no se siente si son las 9 de la noche y uno va en moto. De resto el verano pasa por todo el cuerpo. Los pies sudan, los ojos son calientes, hay un vapor alrededor, un sopor, las manos esta pegajosas, el pelo estorba. Una falda no es suficiente, y un pantalón es in infierno, o que decir de la idea de unas medias. Una pesadilla! Sin embargo yo amo el verano. Sobre todo amo los cielos de verano, los atardeceres amarillos con nubecitas de algodón. Amo esa luz intensa cuando me asomo a la ventana apenas abro los ojos, recibir el sol y hasta sentir el sueño y la pereza, esto últimos sobre todo cuando estoy de vacaciones y bueno, tengo una piscina al lado. Que no esta ocurriendo ahora cuando le digo a la cabeza, ole, ponete mas bien en modo trabajo que las vacaciones se acabaron, pero que hago si ese sol lo único que provoca es sentarse a ver el cielo, o leer un libro y quedarse dormido soñando letras y aventuras. Pero no. Es hora de trabajar y no pasear tanto, ni quedarse como una rana recibiendo sol. Pero como uno no pueda nadar empelota en la calle este verano empieza a ser menos agradable. Siempre he sostenido la teoría de que el mundo no debería tener clima. No habría desastres naturales, no habría que comprar ropa de invierno o de verano,claro que luego vendría a ser mejor que no hubiera ni belleza o fealdad, y cosas de ese estilo. Supongo que el mundo sería tan simploreto que no valdria la pena vivirlo. Pero este verano esta como exagerado. Me acuerdo de esos años en los del primer fenomeno del niño, año ¿92? un calor infernal y que apenas llovió despues de muchos meses se inundó el barrio. Cual "Ciudad de la alegría". Y eso que era 1992. 18 años depués (epa, como pasa el tiempo, es decir que vieja estoy) volvemos al mismo asunto. Van varios dias de no llover, pero lo que es peor la tierra anda seca, los bosques se queman y la ciudad huele a incendio. Hasta lavo los platos con agua tibia, todo gratis y por cortesía del calentamiento global, gratis y por cortesía de la industria imparable de los humanos.

Yo no conozco mucho la nieve. Hace un año cuando estuve en Barcelona hubo gente que no me creía. ¿Pero como en Colombia no neva? Pues no, no neva, porque es el trópico y alla los climas existen por las alturas y en fin, un montón de códigos que por esos latitudes entienden pocos. Pues si, aqui no hay ni estaciones, y ya, ni cabañuelas o menos verano o invierno fijos.

Estoy tratando de decifrar lo que quería escribir esta tarde, cual fue la brillante idea que tuve, el raciocinio que me hizo escribir ya. Hay que parar ya. No de escribir, sino de existir. Somos muchos humanos. Muchos, y el hombre sigue buscando la inmortalidad solo suya, sin saber que pronto no tendremos donde vivir. Nos estaremos matando por comida como en Haití. Por las ventanitas de los computadores y de los televisores Haití nos muestra como será el día en el que todo sea un caos (que será pronto, pronto). Algo que me recuerda la bonita novela de Saramago, "Ensayo sobre la ceguera"

Construimos ciudades para que los hijos no puedan crecer en ellas, dejamos los campos solos y dejamos de cultivar, trabajamos en industrias pesadas, que ensucian el aire y el agua, pero queremos limpiar el aire y el agua, quemando mas combustible y energias no renovables.

En fin, si uno fuera un ecologista de vocación haría muchas cosas. Como no tener hijos, o no tener un pc, respirar menos. En fin.

Pero solo tengo corazón, y aspiraciones de infancia cuando queria salvar el mundo. Ya no. Ya solo tengo mucho calor.

Por eso la consigna es trabajar hasta las 12, y parar, hasta las 4. Volver a iniciar y seguir hasta las 9. Prometo que de 12 a 4, como paleta, leo y/o duermo. De pronto voy a pasear.

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